“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hech. 9:15, 16).

PABLO: ANTECEDENTES Y LLAMADO

sábado 5 de septiembre, 2015

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hechos 9:1; Filipenses 3:6; 1 Corintios 15:10; Hechos 9:1-22; 26:18; Gálatas 2:1-17.

UNA FIGURA CENTRAL del Nuevo Testamento es Pablo; antes, Saulo de Tarso. Pablo fue para la iglesia cristiana lo que Moisés fue para Israel. Moisés sacó al pueblo de Dios de entre los gentiles para que pudieran hacer la voluntad de Dios. Pablo llevó la Palabra de Dios a los gentiles para que también ellos hicieran la voluntad de Dios.

Sabemos más de Pablo que de cualquier otro cristiano del primer siglo. Se lo recuerda, principalmente, por su gran contribución a la expansión del cristianismo, que ya lleva dos mil años. Sus actividades misioneras en favor de las naciones alrededor del mar Mediterráneo son un ejemplo para las misiones cristianas.

Pablo separó los absolutos bíblicos de la cultura judía, pues las leyes civiles, rituales y morales estaban tan integradas en la vida judía que casi no se distinguían de las costumbres judías y lo que creían que era el mensaje de Dios para las naciones.

Consideraremos a quien, fuera de Jesús mismo, fue el personaje más importante del Nuevo Testamento.