¿CRIATURAS O EL CREADOR?
Como ya hemos visto, el pueblo de Dios había sido llamado para ser diferente de las naciones de alrededor, sumergidas en el paganismo, la idolatría y las falsas enseñanzas. Muchas de las advertencias de los primeros cinco libros de Moisés fueron dirigidas especialmente en no seguir las prácticas de sus vecinos. En cambio, los israelitas debían testificar ante el mundo acerca de Dios como Creador y Redentor. Lamentablemente, la historia del Antiguo Testamento es la historia de cómo fueron atraídos a diversas prácticas contra las que habían sido advertidos.
Lee Jeremías 10:1 al 15. ¿Qué mensaje le comunica Dios a su pueblo aquí? Si hoy se diera esta misma amonestación, en nuestro tiempo y cultura, ¿cómo estaría escrita?
Jeremías le está diciendo al pueblo lo que ya debía saber: estos dioses paganos son solo creaciones humanas, resultados de la imaginación deformada por los demonios. Este es un ejemplo claro de lo que Pablo, escribiendo siglos más tarde, quería decir cuando dijo de aquellos que “cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Rom. 1:25).
Nota aquí cómo Pablo contrasta la creación con el Creador. Este mismo contraste se presenta en estos versículos de Jeremías, que hablan acerca de la impotencia y la debilidad de esos “dioses”, en contraste con el Dios verdadero. En todos estos textos, Jeremías está tratando de mostrar a la gente cuán necio es poner la confianza en estas cosas, que son incapaces de hacer nada. Todo esto en contraposición con el Dios creador, quien no solo creó el mundo sino también lo sostiene con su poder (Heb. 1:3).
Aunque estos textos son antiguos, el mensaje todavía es relevante. Podremos no ser tentados a inclinarnos y adorar estatuas hechas por hombres; y no muchos de nosotros estamos angustiados por las señales en los cielos. En cambio, todavía es fácil poner nuestra confianza en cosas que no pueden salvarnos más de lo que pudieron los ídolos salvar a Judea en el día del juicio.
¿Cuáles son algunas cosas en las que, si no somos cuidadosos, podemos confiar más de lo que deberíamos?