RITOS Y PECADO
“Hay un documento que registra la interminable lucha de Dios con la religión organizada, conocido como la Biblia”.−Terry Eagleton, Reason, Faith, and Revolution: Reflections on the God Debate, p. 8, ed. Kindle.
Esto no es del todo cierto, porque la religión de la Biblia, la religión que Dios ha dado a la humanidad, siempre fue una “religión organizada”.Por otro lado, no hay dudas de que, en el libro de Jeremías, el Señor estaba procurando conseguir que su pueblo se alejase de los ritos organizados pero fríos, muertos, que llegaron a dominar su fe, ritos que ellos creían que cubrían el pecado.
Como se dijo antes, pero es bueno repetirlo, la vasta mayoría de las luchas de Jeremías fue con los líderes, los sacerdotes y la gente que creía que por ser los elegidos de Dios, los hijos de Abraham, el pueblo del Pacto, estaban bien con Dios. Un triste engaño del que nosotros, también de la simiente de Abraham (Gál. 3:29), debemos precavernos.
¿Cuál es el mensaje de Jeremías 6:20 y 7:1 al 10? Pero, más importante, ¿de qué manera podemos aplicar estos principios a nuestro propio caminar con el Señor?
Lee Jeremías 7:9 y 10. Si alguna vez alguien quiso encontrar una situación que reflejara lo que se ha dado en llamar “gracia barata”, ciertamente es esta. El pueblo hace todas esas cosas pecaminosas y ¿luego va al templo y “adora” al verdadero Dios, y reclama el perdón de sus pecados? Dios no puede ser burlado. A menos que cambiaran sus caminos, especialmente la manera en que trataban a los débiles entre ellos, tendrían que afrontar un juicio severo.
Estaban bajo un engaño al creer que su religión organizada y sus ritos eran suficientes para cubrir sus pecados, de modo que pudieran continuar en esos pecados.
¿Cuál es la diferencia entre aquello contra lo que Jeremías está amonestando y lo que Jesús dijo en Mateo 9:12? ¿Por qué es importante conocer esa diferencia?