“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15).

TRES BENDICIONES

domingo 3 de enero, 2016

En el contexto de la Creación, la frase “y vio Dios que era bueno” aparece siete veces: la luz (1:4); la tierra seca y el mar (vers. 10); las plantas que dan semillas y árboles frutales que dan frutos (vers. 12); el sol, la luna y las estrellas (vers. 16); los peces del mar y las aves del cielo (vers. 21); y las bestias, el ganado y todo lo que se arrastra (vers. 25). Al terminar la obra, dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (vers. 31); pero dio un paso más y “bendijo” su creación en tres áreas específicas.

Primero, bendijo las criaturas del mar y las aves. Las estimuló diciendo: “Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra” (1:22). Segundo, cuando Adán y Eva fueron creados, Dios los bendijo y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra” (1:28).

Lee Génesis 1:22 y 28. Ambas bendiciones comienzan de la misma manera, pero ¿qué se añadió para Adán y para Eva?

Los humanos comparten con los peces y las aves el mandato divino de fructificar y multiplicarse, pero la diferencia está en que a Adán y a Eva se les da la responsabilidad de cuidar de la Tierra y todas sus criaturas. Aquí vemos un indicio del significado de ser creados a la imagen de Dios. El Creador invitó a nuestros primeros padres a ser corregentes con él, y a sustentar y cuidar el ámbito creado (ver Rom. 8:17; Heb.1:2, 3).

La tercera bendición es el sábado, el séptimo día (Gén. 2:3). Esta es una confirmación adicional de que las personas son mucho más que animales; fueron creadas para tener compañerismo con el Creador como ninguna de las otras criaturas pueden. Los seres humanos tienen un lugar especial en la Creación. Jesús lo subrayó: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mat. 6:26). Sin menospreciar a las otras criaturas, él indicó que las personas son singulares y especiales sobre la Tierra.

¿En qué sentido el informe bíblico de la Creación brinda a la humanidad, y a cada individuo, la dignidad que el evolucionismo no puede otorgar? Según esto, pregúntate: ¿Estoy tratando a cada persona como merece ser tratada?