“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15).

LA CAÍDA - I

martes 05 enero, 2016

Descrita como “astuta, más que todos los animales” (Gén. 3:1), la serpiente llegó a ser un símbolo poderoso en toda la historia bíblica. Moisés levantó una serpiente de bronce para detener la muerte en una plaga de serpientes venenosas durante el Éxodo (Núm. 21:5-9). La misma serpiente de bronce llegó a ser un objeto de idolatría, y fue destruida por el rey Ezequías setecientos años más tarde (2 Rey. 18:4). En el libro del Apocalipsis, la “serpiente antigua” se identifica claramente como “diablo y Satanás” (Apoc. 12:9).

Lee Génesis 3:1 al 5. ¿Qué táctica usó Satanás en su intento de engañar a Eva?

Las primeras palabras dichas por la serpiente fueron de cinismo y duda: “¿Es verdad que Dios les dijo...?” (Gén. 3:1, NVI). En lugar de que Eva se preguntara cómo era que una serpiente le hablaba, fue atraída a una provocación destructora de la fe. Cuando Satanás preguntó: “¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?” (Gén. 3:1, NVI), la implicación (basada en el original) era que Dios les había prohibido comer de todos los árboles, aunque no era eso lo que Dios les había prohibido.

El carácter de Dios aquí se puso en duda. Este fue un ataque directo a él. La serpiente debió de haber dejado confusa a Eva, porque la respuesta de ella añade un detalle que Dios no había dado: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Gén. 3:2, 3; comparar con 2:17, énfasis añadido). Ella agregó la parte de no tocarlo, tal vez por su propia confusión.

El éxito de Satanás ahora lo envalentonó; así que, desafió directamente la autoridad de Dios: “No moriréis” (Gén. 3:4). El hecho de que la serpiente estaba tocando el fruto y seguía viva hizo que su declaración fuera creíble. Entonces, afirmó: “Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (vers. 5). El tentador hizo que Dios apareciera no solo como deshonesto, sino también como reteniendo algo bueno.

Satanás mezcló verdad con error. ¿Cuáles son algunas de las cosas que la gente cree, y que son mezcla de verdad y error? ¿Por qué siempre es una mezcla mortal, especialmente en teología?

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