“Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación” (1 Sam. 2:1).

DÉBORA

domingo 17 enero, 2016

La historia de Débora añade detalles interesantes al tema del Gran Conflicto. Aquí vemos al pueblo de Dios sufriendo opresión y enfrentando situaciones difíciles. Esto es un paralelo de lo que vimos en Apocalipsis 12, con la lucha increíblemente desigual entre un dragón de siete cabezas y un bebé recién nacido (ver la sección del martes de la lección 1).

Los personajes principales en esta historia incluyen a Jabín, rey de Canaán; a Sísara, jefe de su ejército; y a Débora, profetisa y jueza (resolvía disputas civiles entre grupos o personas opuestos) que, para ese tiempo, tuvo un grado muy inusual de autoridad e influencia para una mujer.

Lee Jueces 4. ¿De qué manera ves que se expresa aquí el tema del Gran Conflicto? Al final, ¿quién produjo la victoria para Israel, a pesar de su indignidad?

La heroína de la historia es Jael, la esposa de Heber, quien no teme identificarse con el pueblo de Dios y desempeña un papel vital en la derrota de los enemigos de Dios. Juzgar sus acciones desde nuestra perspectiva actual no es fácil. Sin embargo, no debemos usar sus actos para justificar el engaño y la violencia a fin de alcanzar nuestros fines, no importa cuán correctos sean estos.

En las discusiones que conducen al conflicto, Débora le asegura a Barac que la batalla será de Dios (un eco del Gran Conflicto, por cierto). Se usan dos verbos para describir cómo haría Dios eso (Juec. 4:7): “Atraeré” a Sísara (la palabra sugiere pescar con una red) al río Cisón, donde lo “entregaré” en la mano de Barac. El canto de gratitud de Débora (Juec. 5) revela algunos de los detalles. Los carros de Sísara se quebrantaron en los angostos pasos cerca del río Cisón por causa de la lluvia torrencial. Los cielos “destilaron” y las nubes “gotearon” agua (vers. 4, 5), y produjeron torrentes repentinos que barrieron a muchos soldados enemigos (vers. 21); e Israel fue liberado.

Piensa en la confianza que tuvieron estos hombres de guerra en Débora. Aunque en un nivel eso era bueno (obviamente), ¿por qué debemos ser siempre cuidadosos en saber cuánta confianza ponemos en una persona?

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