“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” (Hech. 4:13).

Conclusión

viernes 26 febrero, 2016

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: El autor ruso Fiodor Dostoievsky escribió acerca del retorno de Jesús a la Tierra, pero no como se predice en la Biblia. En cambio, en esta historia fabricada, Jesús regresó en la culminación de la Inquisición, cuando los líderes religiosos usaban su poder para el mal. El Gran Inquisidor hizo que Jesús, que vino como un humilde campesino, fuera arrestado y echado en una mazmorra. Esa noche, visitó a Jesús en la cárcel y lo castigó por dar libertad a los humanos. “En lugar de quitarles la libertad a los hombres”, declaró, “tú la hiciste más grande que nunca. ¿Te olvidaste de que el hombre prefiere la paz, y aun la muerte, a la libertad de elección en el conocimiento del bien y del mal? Nada es más seductor para el hombre que su liberad de conciencia, pero nada es una causa mayor de sufrimiento”. A pesar de su audacia y cinismo, el escritor tenía claro un punto: consideren lo que los humanos han hecho con su libertad. Dolor, mal, pecado, sufrimiento, muerte... Todo surge de la libertad o del abuso de ella. Pero Dios nos creó como seres amantes, y solo podemos amar si somos libres. Lo que la gente ha hecho, y todavía hace, con el costoso (la Cruz revela el costo) y sagrado don de la libertad impacta el Gran Conflicto en este mundo. Como vimos esta semana, algunos, cuando se confrontaron con el evangelio, se arrepintieron y dieron su corazón a Jesús; otros asesinaron al mensajero. La libertad es un don precioso, pero necesitamos ser cuidadosos con lo que hacemos con ella.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. No hay dudas de que el Nuevo Testamento enfatiza la unidad que tenemos en Cristo. Esta es una idea muy poderosa, que fue revolucionaria en su tiempo. Lamentablemente, aun ahora en el siglo XXI, uno de los mayores males que todavía existen es el prejuicio étnico, racial y nacional. Solo Dios sabe cuánto daño ha hecho este mal. Esto lo vemos en el mundo, pero ¿qué pasa en las iglesias, y en nuestra iglesia? ¿Cómo se manifiesta? ¿Por qué esta actitud es tan contradictoria con la enseñanza más básica y fundamental del evangelio?
  2. A veces, todos nos sentimos convictos por el Espíritu Santo. ¿Cómo reaccionas cuando sientes esa convicción? En el corazón es donde realmente se libra el Gran Conflicto. ¿De qué modo las elecciones que haces, cuando estás bajo la convicción del Espíritu, revela de qué lado estás?

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