“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apoc. 3:20).

ESMIRNA Y PÉRGAMO

lunes 14 de marzo, 2016

Jesús se presenta a la iglesia de Esmirna como “el primero y el último, el que murió y volvió a vivir” (Apoc. 2:8, NVI; ver Apoc. 1:17, 18). Para la iglesia de Pérgamo, Jesús es el que tiene la espada aguda de dos filos entre sus dientes (Apoc. 1:16; 2:12). ¿Qué significado tiene, para cada una de estas iglesias, las formas en se describe a Jesús?

Lee Apocalipsis 2:8 al 17. Los miembros de la iglesia en Esmirna también son conocidos por su trabajo duro; no obstante, no tienen mucho para mostrarlo, tal vez como resultado de una “sinagoga de Satanás” en su medio (vers. 9). En forma similar, los miembros de Pérgamo parecen estar aferrados a su fe, aun cuando “el trono de Satanás” está entre ellos (vers. 13). De este modo, la realidad del Gran Conflicto está también allí.

A la iglesia de Esmirna se le advierte que tiene por delante tiempos difíciles, incluyendo la cárcel y, tal vez, aun la muerte (Apoc. 2:10). En Pérgamo, algunos ya han sido matados por su fe (vers. 13). Es importante notar que los tiempos difíciles tienen un límite en el tiempo; es decir, al mal no se le permite continuar más allá de cierto punto (vers. 10).

Preocupa saber que Dios tenía “unas pocas cosas” contra la iglesia en Pérgamo (Apoc. 2:14-16). Aparentemente estaban tolerando en su medio a algunas personas que “retienen la doctrina de Balaam” y “la doctrina de los nicolaítas” (vers. 14, 15).

“Nicolás y Balaam parecen ser términos paralelos; Nicolás es una palabra griega compuesta (nikáō y laós) y significa ‘el que conquista al pueblo’. Balaam puede derivar de dos palabras hebreas: am (‘pueblo’) y baal (de bela ‘destruir’, o ‘tragar’), y significa ‘destrucción de un pueblo’”.–Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ, p. 111. Jesús advierte a toda la iglesia que, si su herejía continúa, él vendrá en persona y peleará contra ellos con la espada en su boca (Apoc. 2:16).

No obstante, en medio de estas advertencias, Jesús les da a ambas iglesias un gran ánimo (Apoc. 2:11, 17).

Lee Apocalipsis 2:14 y 15. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la idea de que la doctrina no tiene importancia? ¿Por qué son importantes y de qué modo?