“Él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21).

EL ÁRBOL GENEALÓGICO TEMPRANO DE JESÚS

martes 29 de marzo, 2016

Más allá de David, ¿a quién más encontramos en el árbol genealógico de Jesús? Mat. 1:2, 3.

Las mujeres no eran generalmente incluidas en las genealogías; entonces, ¿por qué razón se incluiría aquí a una mujer llamada Tamar? Para comenzar, ¿quién había sido ella?

Tamar fue una mujer cananea que se casó sucesivamente con dos hijos de Judá. Ambos hombres murieron por su impiedad sin que Tamar tuviera hijos. Su suegro, Judá, le prometió a Tamar que le daría a su tercer hijo en matrimonio cuando este tuviera suficiente edad. Sin embargo, esto no ocurrió nunca.

Así que, ¿qué hizo Tamar? Se disfrazó como una prostituta y se unió nada menos que con Judá, quien no tenía idea de quién era esa mujer. Meses más tarde, cuando el embarazo era evidente, Judá inició la acción para que esta Tamar inmoral fuera muerta... hasta que ella reveló a Judá que él era el padre de su bebé.

Esto puede sonar como un deslucido melodrama, pero es parte de los antepasados humanos de Jesús.

Lee Mateo 1:4 y 5. ¿Quién más sorprende que esté incluida en la genealogía?

¿Rahab, la prostituta cananea? Aparentemente, sí. Después de proteger a los espías israelitas en Canaán, parece que se casó con uno de los antepasados de Jesús.

¿Quién más está en esta lista? Mat. 1:5, 6.

Rut fue una mujer virtuosa que, sin haber tenido opción, procedía de los odiados moabitas: el producto de una relación incestuosa entre un Lot ebrio y una de sus hijas. Betsabé, la esposa de Urías, fue la mujer que el rey David, en forma egoísta, envió a buscar mientras su esposo estaba en el frente de batalla. David también era un pecador que necesitaba un Salvador. David poseyó numerosas cualidades destacadas, pero por cierto no era un modelo como padre de familia.

Si Dios nos recibe a pesar de nuestras faltas y limitaciones, ¿de qué forma podemos lograr recibir a otros, a pesar de sus faltas y limitaciones?