“Él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21).

Conclusión

viernes 1 de abril, 2016

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Considera esta cita: “Así es como cada pecador puede venir a Cristo. ‘No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, mas por su misericordia nos salvó’ (Tito 3:5). Cuando Satanás nos dice que somos pecadores y que no podemos esperar recibir la bendición de Dios, digámosle que Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores. No tenemos nada que nos recomiende a Dios; pero la súplica que podemos presentar ahora y siempre es la que se basa en nuestra falta absoluta de fuerza, la cual hace de su poder redentor una necesidad” (DTG 283, 284; énfasis añadido). ¡Qué idea extraordinaria! Esta verdad es la misma ya sea que vayamos a Jesús por primera vez o que hayamos caminado con él toda nuestra vida. Como aquellos que están en la genealogía de Jesús, somos pecadores con necesidad de gracia. Nuestra obediencia a la Ley, nuestra superación del pecado y de la tentación, y nuestro crecimiento en Cristo son los resultados de la salvación, y nunca su causa. Sea el ladrón en la cruz o un santo trasladado en la segunda venida de Jesús, todos tenemos “una necesidad absoluta... de su poder redentor”. No olvidemos esta verdad fundacional.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Como vimos esta semana, Herodes cometió grandes errores por no entender las profecías y llevó a cabo acciones terribles. Piensa en algunas de las falsas comprensiones actuales de las profecías. Por ejemplo, muchos creen que los cristianos fieles serán llevados en forma secreta al cielo mientras que familiares y amigos “quedarán atrás”, preguntándose por qué esas personas desaparecieron repentinamente. ¿Cuáles son algunos peligros potenciales de sostener tal comprensión falsa de las profecías? O ¿qué diremos de la idea de que debe reedificarse el Templo de Jerusalén y restaurarse los sacrificios animales como uno de los eventos finales en la Tierra? ¿Qué otras ideas equivocadas acerca de las profecías tendrían que señalarnos la verdadera importancia de una comprensión correcta de ellas?
  2. En muchas culturas y sociedades, es muy importante quiénes son tus padres y en qué clase social naciste. Esta es una tradición que parece encontrarse a través de toda la historia hasta hoy. ¿Por qué esta idea mundana es contraria a todo lo que representa el evangelio? Además, ¿cómo impacta la idea de “nacer de nuevo” en la forma que consideramos la clase social en la que nacimos?