“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mat. 7:28, 29).
EL SERMÓN VERSUS LA LEY
Algunos cristianos consideran el Sermón del Monte como una nueva “ley de Cristo”, que reemplaza la “Ley de Dios”. Afirman que un sistema legalista fue reemplazado por un sistema de gracia, o que la “ley de Jesús” difiere de la “Ley de Dios” mismo. Estos son conceptos erróneos acerca del Sermón del Monte.
¿Qué dicen los siguientes textos acerca de la Ley, e indirectamente sobre la idea de que, de algún modo, la Ley (es decir, los Diez Mandamientos) fueron reemplazados en el Sermón del Monte? Mat. 5:17-19, 21, 22, 27, 28 (ver también Sant. 2:10, 11; Rom. 7:7).
Craig S. Keener escribe:
“La mayor parte del pueblo judío entendía los man- damientos en el contexto de la gracia [...]. Jesús [...] sin duda tenía la intención de que las demandas del Reino estuvieran a la luz de la gracia (comparar Mat. 6:12; Luc. 11:4; Mar. 11:25; Mat. 6:14, 15; Mar. 10:15). En las narraciones de los evangelios, Jesús abraza a quienes se humillan y reconocen el derecho que Dios tiene a reinar, incluso cuando, en la práctica, no alcanzan la meta de la perfección moral (5:48). Pero, el Reino de gracia que Jesús proclamó no era la gracia sin obras de gran parte del cristianismo occidental; en los evangelios, el mensaje del Reino transforma a quienes humildemente lo abrazan, así como aplasta al arrogante, al que está satisfecho religiosa y socialmente”.−The Gospel of Matthew: A Socio-Rhetorical Commentary, pp. 161, 162.
Lee Génesis 15:6. ¿De qué modo esto nos ayuda a comprender que la salvación siempre ha sido por fe?
La fe de Jesucristo no era una fe nueva: la fe es la misma desde la Caída hasta hoy. El Sermón del Monte no enseña acerca de una salvación por gracia que reemplaza la salvación por obras. La salvación siempre fue por gracia. Los hijos de Israel fueron salvados por gracia en el Mar Rojo antes de que se les pidiera que obedecieran en el Sinaí. (Ver Éxo. 20:2.)
¿Qué debería enseñarte tu propia experiencia con el Señor y su Ley acerca de por qué la salvación fue siempre por fe y no por el cumplimiento de la Ley?