“Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? (Mat. 9:5).

DEMONIOS Y CERDOS

martes 19 de abril, 2016

Lee Mateo 8:25 al 34. ¿Qué nos enseñan ambos informes acerca del poder de Dios? ¿Cómo podemos obtener consuelo de su poder, especialmente cuando luchamos con cosas más grandes que nosotros mismos?

En el pensamiento judío era una prerrogativa exclusiva de Dios la de gobernar la naturaleza y los demonios. Después de calmar la tormenta con dos palabras (Mat. 8:23-27), Jesús caminó por la orilla oriental del Mar de Galilea, no solo en territorio gentil sino también donde vivían hombres poseídos por demonios.

En Marcos 5:1 al 20 y Lucas 8:26 al 39, se añaden detalles a la historia de los hombres poseídos por demonios. Los demonios se identifican como “legión”. Una legión militar estaba formada por seis mil soldados. Los demonios fueron enviados a dos mil cerdos.

Muchos se han preguntado por qué los demonios pidieron ser enviados a los cerdos. Una tradición dice que los demonios detestaban andar solos por allí; preferían un hogar de algún tipo, aun si eran cerdos inmundos. Otra tradición dice que los demonios le tenían miedo al agua, y Jesús mismo alude a demonios que buscan lugares secos (ver Mat. 12:43). También había tradiciones judías que enseñaban que los demonios podían ser destruidos antes del apocalíptico día final de Dios.

No obstante, el punto más importante es este: la condición destructiva de los hombres de esta historia es exactamente la condición destructiva que Satanás desea para los hijos de Dios. Pero, Jesús cambió completamente sus vidas. Todo lo que Satanás busca hacer en nuestra vida Jesús puede deshacerlo en favor de quienes eligen entregarse a él. De otro modo, somos impotentes contra Satanás.

En el Gran Conflicto, estamos de un lado o del otro. No importa cuán severo suene, Jesús no podría haber expresado esta verdad más claramente que cuando dijo: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama” (Luc. 11:23). De nosotros depende de qué lado estamos.

Lee Juan 10:10. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir, yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. ¿De qué forma se aplica esto no solo a los endemoniados, sino también a nosotros? ¿Cómo podemos y debemos experimentar lo que se nos promete aquí?