“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Mateo 16:15
JESÚS Y EL IMPUESTO DEL TEMPLO
Lee Mateo 17:24 al 27. ¿Qué sucede aquí, y qué nos dice esto acerca de Jesús?
Aunque se requería de todos los judíos que pagaran el impuesto del Templo, los sacerdotes, los levitas y los rabinos estaban exentos. Así, esta pregunta acerca de si Jesús había pagado el impuesto del Templo era también un desafío a su ministerio.
Elena de White escribe que Pedro perdió una oportunidad de testificar en esta ocasión acerca de la autoridad absoluta de Cristo.
“Por su respuesta al cobrador, de que Jesús pagaría el tributo, sancionó virtualmente el falso concepto de él que estaban tratando de difundir los sacerdotes y los gobernantes [...]. Si los sacerdotes y los levitas estaban exentos por su relación con el Templo, con cuánta más razón aquel para quien el Templo era la casa de su Padre” (DTG 400, 401).
Podemos aprender mucho de la respuesta de Jesús a Pedro. En lugar de humillarlo, Jesús suavemente le explica su error. Más aún, Jesús se adapta al camino que Pedro había tomado, de una manera muy creativa. En vez de, sencillamente, pagar el tributo –y con ello reconocer su obligación de hacerlo–, Jesús consiguió el dinero de otra parte: de la boca de un pez.
Este milagro es inusual; es la única vez que Jesús realiza un milagro aparentemente para su propio beneficio. Pero ese no era el propósito. En cambio, el milagro era una demostración, para todos, de la autoridad de Jesús no solo sobre el Templo, sino también sobre toda la creación. Desde un punto de vista humano, ¿podemos siquiera comenzar a comprender cómo pudo Jesús haber realizado este milagro? De todas las cosas que Pedro había visto, ¿puedes imaginarte lo que debió de haber pasado por su mente cuando arrojó la línea, capturó su primer pez y encontró la cantidad exacta que necesitaban para pagar el tributo del Templo? (Ver Isa. 40:13-17.)
Aunque no había necesidad de que Jesús y sus discípulos pagaran el tributo del Templo, Jesús hizo que lo pagaran de todas maneras, a fin de evitar una controversia innecesaria. ¿De qué forma podemos aprender a reducir situaciones agudas, especialmente sobre cosas que no son absolutas, a fin de evitar conflictos innecesarios?