“Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río” (Eze. 47:9).

JUSTICIA Y MISERICORDIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO - II

sábado 16 de julio, 2016

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Ezequiel 37:1-14; Efesios 2:10; Ezequiel 47:1-8; Mateo 5:16; Apocalipsis 22:1, 2; Isaías 61:1-11.

A FINES DE 1960, UN VECINDARIO casi se había convertido en una zona de guerra. La mayoría de las familias se mudó de allí, y dejaron viviendas abandonadas, decaídas y quemadas. Los comercios cerraron, las drogas y el crimen crecieron, y el barrio se volvió indeseable.

En 1986, una familia cristiana salió de su hogar en los suburbios y se mudó a esa comunidad deprimida. Un pastor se unió a ella. Restauraron dos casas y en ellas hicieron su hogar. Las dos familias pasaron tiempo en las calles mezclándose con los que permanecían en el área. Dios usó a estas dos familias para comenzar una iglesia que transformó la comunidad muerta. Su obra sigue todavía hoy.

Dios puede usar a su iglesia en situaciones “desesperadas” como esa. Durante esta semana, sigue “escuchando” el coro de voces del Antiguo Testamento, que llama al pueblo de Dios a revelar su carácter benévolo al mundo.