“Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mat. 4:23).

AMA A TU PRÓJIMO

lunes 25 julio, 2016

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Luc. 10:27).

Lee Lucas 10:25 al 37. ¿Qué mensaje se nos da aquí con respecto al tema de ayudar a los necesitados?

El experto en la Ley comprendió que todos los Mandamientos giran alrededor de amar a Dios con todo lo que tienes, y amar a tu prójimo como a ti mismo. Queda la pregunta que debemos contestar: “¿Quién es mi prójimo?”

En el tiempo de Cristo, el pensamiento generalizado era que había que favorecer a los propios como prójimos, y relegar a todos los demás como extraños. Este experto en la Ley buscó que Jesús clarificara el tema. La parábola que contó Jesús revela una perspectiva totalmente distinta. Nuestro prójimo es cualquiera que encontremos con necesidades. Ser un prójimo es atender las necesidades de un prójimo. El sacerdote y el levita estaban demasiado preocupados por no contaminarse y por proteger sus piadosos deberes de ser contaminados. Era una manera conveniente el usar su religión como una excusa para no tener que morir al yo a fin de ayudar a alguien que, muy probablemente, nunca podría devolverles el servicio.

En contraste, el samaritano vio a este herido “extraño” y “enemigo” como su prójimo, y atendió misericordiosamente sus necesidades en vez de las propias. El punto es que, en lugar de preguntar: “¿Quién es mi prójimo?”, debemos preguntar: “¿Quién será un prójimo para los oprimidos y pisoteados?” No importa quién sea esa persona: debemos ayudar al necesitado, y punto.

“Dios no reconoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad, la raza o la casta. Es el Hacedor de toda la humanidad. Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención. Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo departamento del Templo, para que cada alma pudiese tener libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo, tan completo que penetra por doquiera” (PVGM 318).

¿Qué prejuicios podrían estorbarte para que puedas ser el prójimo que debes ser?

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