“Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos” (Mat. 14:14).

Conclusión

viernes 19 de agosto, 2016

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Deuteronomio 24:10 al 22; Jonás 3; Malaquías 3:17; Mateo 15:32 al 38; Marcos 6:34 al 44; Gálatas 6:2; y Hebreos 10:32 al 34. Lee también “La adaptación es esencial” y “Sed amigables”, Meditaciones matinales 1953, pp. 195; 199; “¿Podemos comunicarnos con Dios?”, El camino a Cristo, p. 100; y “La verdadera religión” y “La parábola del buen samaritano”, El ministerio de la bondad, caps. 4, 5.

Dos familias se reunieron durante las vacaciones y, con sus niños pequeños, hicieron paquetes de alimentos y objetos de tocador para dar a los “sin casa” en su ciudad. Después de algunas horas, fueron a un barrio pobre de la ciudad y, en poco tiempo, distribuyeron todos los paquetes. Al volver, uno de ellos dijo: “Estoy contento de que hicimos esto. Pero, sé que los que recibieron los paquetes pronto tendrán apetito otra vez”. No hay dudas: hay tantas personas que necesitan consuelo, simpatía y ayuda que podríamos pensar ¿Qué sentido tiene el hacer algo? ¡Es tan poco! Sin embargo, si todos pensaran de ese modo, nadie ayudaría a nadie, y las necesidades serían aún peores. Si todos los que pueden ayudar lo hicieran, las necesidades no serían tan malas. La Biblia no dice que el dolor, el sufrimiento y el mal serán eliminados de este lado del cielo, sino lo opuesto. Jesús mismo, cuando estuvo en la Tierra, no eliminó todo sufrimiento humano. Hizo algo. Nosotros también debemos hacer lo mismo: llevar consuelo, simpatía y ayuda a todos los que podamos.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿De qué manera tu iglesia puede llegar a ser un lugar de curación para los de corazón quebrantado?
  2. Analiza en la clase la siguiente cita: “Muchos se preguntan por qué Dios no actúa. Y Dios se pregunta por qué tantos de sus hijos no se interesan”.−Dwight Nelson, Pursuing the Passion of Jesus. ¿Estás de acuerdo con el planteo? Si es así, ¿qué podemos hacer para cambiar?
  3. Considera la siguiente cita: “Las palabras bondadosas pronunciadas con sencillez, las pequeñas atenciones ofrecidas sinceramente dispersarán las nubes de la tentación y la duda que se acumulan sobre el alma. La expresión sincera de una simpatía como la manifestada por Cristo, ofrecida con sencillez, tiene poder para abrir las puertas de los corazones que necesitan el toque sincero y delicado del espíritu de Cristo” (TI 9:25). ¿Qué nos dice esto acerca del poder para el bien que la bondad y la simpatía pueden tener al alcanzar y ayudar a los dolientes?