“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mat. 9:35).

INTERRUPCIONES AL MINISTRAR

domingo 21 de agosto, 2016

Jesús bajó de la barca cerca de Capernaum. (Ver Mar. 5.) Sus discípulos todavía están aturdidos por el encuentro con el hombre endemoniado en Decápolis. Como de costumbre, una multitud lo esperaba. Ansiosos de ganar su atención, las personas se apretujaron para acercarse a Jesús. Inmediatamente le pidieron ayuda: esta vez, un dirigente de la sinagoga.

Lee Marcos 5:22 al 43. Mientras Jesús estaba en camino para ministrar en sus necesidades a este dirigente de la sinagoga, ¿qué lo interrumpió y de qué modo reaccionó ante esto? Más importante, ¿qué lecciones debemos obtener de esta historia para nosotros y de qué forma reaccionamos cuando nos interrumpen en el ministerio?

Afrontémoslo, a ninguno le gustan las interrupciones. Estamos ocupados, tenemos cosas para hacer, lugares adonde ir, trabajos que terminar. Nos fijamos metas y queremos cumplirlas, y dentro de cierto marco de tiempo. Las interrupciones pueden ponerse en nuestro camino.

Por eso, si alguien viene con una necesidad, o con un pedido de ayuda, puede ser molesto si el momento no es conveniente. A veces no se puede dejar de lado lo que uno está haciendo. Al mismo tiempo, ¿cuán a menudo podríamos dejar lo que estamos haciendo y ayudar, pero no lo hacemos, solo porque no queremos hacerlo?

No obstante, a menudo las mayores oportunidades para ministrar en las necesidades de la gente vienen por medio de interrupciones. Nosotros tratamos de evitar las interrupciones y nos molesta cuando se arruinan nuestros planes. Al considerar el ministerio de Jesús, notamos que algunas de las necesidades que él atendió fueron interrupciones, a las que respondió amorosamente. Pensemos: muchas oportunidades de ministrar nos llegan en la forma de interrupciones. Ya hemos considerado la historia del buen samaritano. ¿Quién sabe adónde se dirigía y lo que tenía que hacer, cuando llegó allí? Pero, de todos modos, él se detuvo a ministrar.

¡Hablemos de interrupciones!

¿Cuándo fue la última vez que alguien te interrumpió con una necesidad y pedido de ayuda? ¿De qué modo reaccionaste?