“Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades” (Luc. 5:15).

UN EQUILIBRIO CUIDADOSO

lunes 29 agosto, 2016

En un país africano, la Iglesia Adventista del Séptimo Día crecía rápidamente. ¿Cuál era el secreto? Los líderes de la iglesia afirman que hay una fuerte conexión entre este crecimiento y el servicio abnegado de los miembros de iglesia a la gente en las comunidades, por todo el país. La difundida confianza en la Iglesia Adventista llamó la atención del presidente del país. Él asistió a una gran reunión de los Centros Adventistas para la Comunidad y agradeció a los miembros de la iglesia por su servicio.

Al mismo tiempo, como representantes de Cristo, necesitamos caminar por una línea muy delgada. Como hizo Jesús, precisamos ganar la confianza de la gente. Sin embargo, su confianza en nosotros necesita ser dirigida hacia Jesús. Nosotros somos meramente canales. Ellos ven algo de Cristo en nosotros −sea la abnegación, el amor, el interés y cuidado por ellos, la negación propia por el bien de otros− y, entonces, son atraídos a nosotros. Pero, como siempre, si nos miran con cuidado podrían ver cosas que no les agraden, por cuanto todos somos pecadores. Por ello, siempre debemos señalarles a Jesús, en quien únicamente pueden poner su confianza total. El resto de nosotros, más temprano o más tarde, los chasquearemos.

Lee 1 Corintios 3:1 al 9; y 5:1. ¿Con qué estaba tratando Pablo en esa iglesia? ¿Qué clase de testimonio resultaría si estas personas estuvieran invitando a otros a su iglesia y los visitantes vieran aquello de lo que hablaba Pablo?

Por supuesto, no tenemos que ser perfectos, o tener una iglesia perfecta, antes de ministrar a otros en sus necesidades. Al mismo tiempo, debemos procurar ser la clase de personas en quienes los demás pueden confiar y con quienes pueden contar. Y nosotros solo podremos hacerlo hasta el punto en que fiel y diligentemente nos interesemos por las personas así como lo hizo Jesús. De hecho, no hay dudas de que muchos de los problemas y las luchas dentro de la iglesia se disiparían rápidamente si los miembros se concentraran solo en ministrar en sus necesidades a la comunidad, y le revelara el amor de Cristo.

Si algunas visitas comenzaran a asistir a tu iglesia en forma regular, ¿qué verían, y qué clase de testimonio sería eso para ellos?

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