CAPITAL SOCIAL
“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro” (Prov. 22:1). ¿De qué modo se relaciona el concepto expresado aquí con nuestros testimonio y extensión a otros?
¿Qué es el “capital social”? Cuando inviertes tu dinero, su valor crece. El capital social consiste en relaciones positivas y productivas que son tan valiosas como el dinero invertido. Cuando te unes con los líderes de la comunidad y preguntas cuáles son las necesidades de ella, buscas su consejo y luego hablas con acciones, estás construyendo relaciones con ellos. Esto es capital social. Cada experiencia positiva con ellos es una inversión en tus relaciones. Tu capital social continúa creciendo, y tú aumentas de valor a los ojos de ellos.
El Manual de la iglesia nos recuerda que los adventistas del séptimo día “deben ser conocidos [...] como ciudadanos notables [...] por su trabajo en favor del bien común”. “Debemos apoyar con nuestro servicio y nuestros medios, y hasta donde sea posible y coherente, todos los esfuerzos correctos en favor del orden y el mejoramiento social”, manteniendo “siempre, tranquila y firmemente una actitud intransigente en favor de la justicia y la rectitud en los asuntos cívicos”.−“Normas de vida cristiana”, p. 181.
Además del ministerio terrenal de Jesús, la Escritura da otros ejemplos de cuando el pueblo de Dios tiene “capital social”. Lee los siguientes pasajes y describe las relaciones positivas que estos personajes tuvieron con personas “de afuera”, y cuál fue el resultado:Hech. 7:9, 10; Gén. 41:38-45 Dan. 2:46-49; 6:1-3
Claro, podemos no tener lo que se ve aquí, pero ese no es el punto. Estos hombres exhibieron fortaleza de carácter que impresionó a quienes los rodeaban. En Patriarcas y profetas (pp. 216-218, 221, 222) y Profetas y reyes (p. 466) se indica que estos hombres ganaron la confianza y el favor de los “paganos” por su bondad, fidelidad, sabiduría, buen juicio, habilidades, noble dignidad e integridad constante.