“Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (Jer. 29:7).

ESCUCHAR LAS QUEJAS

lunes 12 de septiembre, 2016

Mientras Cristo avanzaba por Jerusalén, Capernaum y otras ciudades de su tiempo, los enfermos, los minusválidos y los pobres se agolpaban su alrededor. Su corazón sufría por el sufrimiento de la humanidad.

En la ciudad, hay de todo: más personas, más edificios, más tránsito, y más problemas. Esto presenta un desafío para las iglesias. Los que comparten el evangelio no pueden ignorar las enormes necesidades humanas que los rodean y concentrarse solo en el mensaje, porque eso desacreditaría el mensaje. Si nuestras acciones no demuestran la compasión, la gracia y la esperanza de la que hablamos, entonces lo que hablemos no tendrá poder. Será como una voz más que compite por los oídos de las masas.

Lee Éxodo 2:23 al 25; 6:5; Salmo 12:5; Romanos 8:22; y Job 24:12. ¿Cuál es el mensaje para nosotros en estos textos?

Nuestro mundo es un lugar de dolor. Se queja bajo el peso y el sufrimiento del pecado. Ninguno de nosotros escapa de esta realidad.

Este dolor también ofrece grandes oportunidades para testificar. Sin embargo, también tenemos que ser cuidadosos en esto. Cuando los que no son sus miembros perciben a una iglesia en términos de cuán buenos vecinos son, es importante notar la diferencia entre eventos únicos en la comunidad y un servicio continuado que realmente atiende necesidades. Para la gente de una comunidad, hay una diferencia entre una iglesia que entrega alimentos a familias una vez por año y una iglesia adventista como la siguiente:¿Qué hace esta iglesia? Se reúne en un centro comunitario que funciona diariamente. La gente puede ir allá cualquier mañana y conseguir un desayuno caliente. Y esa iglesia no es siquiera grande. Tiene unos 75 miembros, pero están completamente comprometidos en atender las necesidades de sus vecinos en ese sector urbano. Esta es una gran tarea, que exige dedicación y un sentido de obligación para ayudar a los necesitados.

Imagina el impacto sobre nuestras comunidades si todas nuestras iglesias estuvieran haciendo algo para responder a las quejas que se oyen en nuestros vecindarios.