“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isa. 1:18).

OÍD, CIELOS (ISA. 1:1–9)

domingo 27 de diciembre, 2020

El libro de Isaías se presenta brevemente identificando al autor (“hijo de Amoz”), la procedencia de su mensaje (una “visión”) y el tema (Judá y su capital, Jerusalén, durante el reinado de cuatro reyes). El tema también identifica al principal destinatario de Isaías como el pueblo de su propio país durante la época en que él vivió. El profeta les habló acerca de su condición y su destino.

Al mencionar a los reyes en cuyos reinados estuvo activo, Isaías reduce la audiencia y vincula el libro a los acontecimientos históricos y políticos de cierto período determinado. Este marco temporal nos dirige a los relatos de 2 Reyes 15 al 20 y 2 Crónicas 26 al 32.

Lee Isaías 1:2. ¿Cuál es la esencia de este mensaje? ¿Qué dice el Señor? ¿Cómo se aborda esta misma idea a lo largo de la historia bíblica? ¿Podría decirse esto también de la iglesia cristiana actual? Explica tu respuesta.

Observa que el mensaje de Isaías comienza con las palabras “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra” (comparar con Deut. 30:19; 31:28). El Señor no insinúa que el cielo y la Tierra en sí puedan escuchar y entender; lo dice para establecer un énfasis.

Cuando un antiguo rey del Cercano Oriente, como un emperador hitita, hacía un tratado político con un gobernante menor, invocaba a sus dioses como testigos para enfatizar que cualquier violación del acuerdo seguramente sería advertida y castigada. Sin embargo, cuando el divino Rey de reyes hizo un pacto con los israelitas en los días de Moisés, no aludió a otros dioses como testigos. Como es el único Dios verdadero, llamó a los cielos y la Tierra a cumplir este papel (ver además Deut. 4:26).

Lee atentamente Isaías 1:1 al 9. Resume en las siguientes líneas cuáles fueron los pecados de Judá. Toma en cuenta especialmente los resultados de esos pecados. ¿De qué era culpable Judá y qué sucedió debido a su culpa? Al mismo tiempo, ¿qué esperanza se presenta en el versículo 9?