“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isa. 9:6).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“El corazón del padre humano se conmueve por su hijo. Mientras mira el semblante de su niño, tiembla al pensar en los peligros de la vida. Anhela escudarlo del poder de Satanás, evitarle las tentaciones y los conflictos. Pero Dios entregó a su Hijo unigénito para que enfrentase un conflicto más acerbo, a un riesgo más espantoso, con el fin de que la senda de la vida fuese asegurada para nuestros pequeñuelos. ‘En esto consiste el amor’. ¡Maravíllense, oh cielos! ¡Asómbrate, oh tierra!” (DTG 33).
“Cristo fue quien consintió en cumplir las condiciones necesarias para la salvación del hombre. Ningún ángel, ningún hombre, fue suficiente para realizar la gran obra. Solo El Hijo del Hombre debe ser exaltado; porque solo una naturaleza infinita podría llevar a cabo el proceso redentor. Cristo consintió en conectarse con los desleales y pecadores, participar de la naturaleza del hombre, dar su propia sangre y hacer de su alma una ofrenda por el pecado. En los consejos celestiales, se determinó la culpa del hombre, se calculó la ira por el pecado, y sin embargo, Cristo anunció su decisión de asumir la responsabilidad de cumplir las condiciones por las que la esperanza debería extenderse a una raza caída” (The Signs of the Times, 5/3/1896).
PREGUNTA PARA DIALOGAR:
- Como vimos en Isaías 11, el Señor presentó las dos venidas de Cristo en una sola imagen. Esto puede ayudar a explicar, al menos en parte, por qué algunos judíos no aceptaron a Cristo en su primera venida, porque esperaban que él hiciera las cosas que sucederán solo en la Segunda Venida. ¿Qué nos dice esto acerca de lo importante que es que comprendamos adecuadamente la naturaleza de la venida de Cristo? Por ejemplo, los conceptos falsos de su segunda venida ¿cómo pueden tender una trampa a la gente para el gran engaño de Satanás en los últimos tiempos? (Ver CS, cap. 39.)
Resumen: En los días de Isaías, cuyo nombre significa “Salvación de Jehová”, Dios le prometió a su pueblo remanente la salvación de la opresión que vendría sobre él como resultado de la apostasía nacional. Esta profecía de esperanza encuentra su máximo cumplimiento en Jesús, cuyo nombre significa “El Señor es salvación”.