“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra” (Isa. 37:16).
EN LA ENFERMEDAD Y EN LA RIQUEZA (ISA. 38; 39)
Los acontecimientos de Isaías 38 y 39 (2 Rey. 20) tuvieron lugar muy cerca del tiempo en que Dios liberó a Ezequías de Senaquerib; a pesar de que la liberación, como se muestra en Isaías 37 (ver además 2 Rey. 19), aún no había ocurrido. De hecho, Isaías 38:5 y 6 y 2 Reyes 20:6 muestran que aún enfrentaban la amenaza asiria.
¿Qué nos dice la cita anterior sobre la importancia del buen liderazgo para el pueblo de Dios?
¿Qué señal da el Señor a Ezequías para confirmar su fe? 2 Reyes 20:8–10; Isaías 38:6–8.
Al rechazar las señales ofrecidas por Dios (Isa. 7), Acaz había iniciado el curso de los acontecimientos que causaron problemas con Asiria. Pero ahora Ezequías pidió una señal (2 Rey. 20:8); entonces, Dios lo fortaleció para enfrentar la crisis que su padre había ocasionado sobre Judá. De hecho, revertir la sombra del tiempo en el reloj de Sol de Acaz solo fue posible mediante un milagro.
Los babilonios estudiaban los movimientos de los cuerpos celestes y los registraban con precisión. Por lo tanto, percibieron el extraño comportamiento del Sol y se preguntaron qué significaba. No es casual que el rey Merodac-baladán haya enviado emisarios en este momento. Los babilonios se habían enterado de la conexión entre la recuperación de Ezequías y la señal milagrosa.
Ahora sabemos por qué Dios eligió esta señal en particular. Así como posteriormente utilizó la estrella de Belén para conducir a los sabios de Oriente, usó un cambio solar para traer a mensajeros de Babilonia. Esta era una oportunidad única para que ellos aprendieran del Dios verdadero. Merodac-baladán pasó toda su gestión tratando de lograr una independencia duradera de Asiria. Necesitaba aliados poderosos, lo que explica su motivación para contactar a Ezequías. Si el mismo Sol se movía a pedido de Ezequías, ¿qué podría hacerle a Asiria?
¿En qué sentido perdió Ezequías una oportunidad increíble para glorificar a Dios y exaltarlo ante los babilonios? ¿Cuál fue el resultado? Isaías 39. No obstante, Ezequías, que debería haber dado testimonio del Señor, realzó su propia “gloria”. ¿Cuál es la lección que debemos aprender?