“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra” (Isa. 37:16).

LA DERROTA DE LOS ASIRIOS

sábado 06 febrero, 2021

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 36:1; 36:2–20; 36:21–37:20; 37:21–38; 38; 39.

Un hombre delgado camina descalzo con sus dos hijos. Otra familia acaba de cargar todas sus pertenencias en una carreta tirada por bueyes escuálidos. Un hombre guía los bueyes mientras dos mujeres se sientan en el carro. Los menos afortunados llevan sus pertenencias sobre sus hombros.

Los soldados están por todas partes. Un ariete golpea la puerta de la ciudad. Los arqueros que están en la parte superior del ariete disparan a los defensores de los muros. La matanza frenética reina suprema.

Apretamos el botón de avance rápido. Un rey imponente está sentado en su trono, recibiendo el botín y a los cautivos. Algunos cautivos se le acercan con las manos en alto, suplicando piedad. Otros se arrodillan o se agachan. Las descripciones de estas escenas con el rey comienzan con estas palabras: “Senaquerib, rey del mundo, rey de Asiria” y continúan con expresiones como “se sentó en un nēmedu (trono) y el botín de la ciudad de Laquis pasó revista ante él” (J. M. Russell, The Writing on the Wall, 1999).

Esta serie de imágenes, que una vez adornaban los muros del “Palacio sin rival” de Senaquerib, ahora se encuentran en el Museo Británico, ¡y qué historia tienen para contar sobre la difícil situación del profeso pueblo de Dios!

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