“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones” (Isa. 42:1).

EL “MESÍAS” PERSA (ISA. 44:26–45:6)

martes 23 de febrero, 2021

¿Qué asombrosa predicción aparece en Isaías 44:26 al 45:6?

El ministerio de Isaías duró desde 745 a.C. hasta 685 a.C. aproximadamente. Después de mencionar a un conquistador del este y del norte (Isa. 41:2, 3, 25) e insinuar que esto sería una buena noticia para Jerusalén (Isa. 41:27), Isaías predijo con precisión a Ciro por su nombre y describió sus actividades. En efecto, él vino del norte y del este de Babilonia, y la conquistó en 539 a.C.; sirvió a Dios al liberar a los judíos de su exilio en Babilonia; y autorizó la reconstrucción del Templo de Jerusalén (ver Esd. 1).

Pon esta predicción en perspectiva. Dado que hay unos 146 años desde el momento de la muerte de Isaías hasta la caída de Babilonia, esta profecía se adelantó un siglo y medio a su cumplimiento. ¡Sería como que George Washington predijera que un hombre llamado General Dwight Eisenhower ayudaría a liberar Europa en 1945!

Debido a que las acciones de Ciro están bien documentadas en varias fuentes antiguas, incluidas las crónicas babilónicas, su propio informe en el “Cilindro de Ciro” y la Biblia (2 Crón. 36:22, 23; Esd. 1; Dan. 5; 6:28; 10:1), la exactitud de la profecía de Isaías es incuestionable. Esto confirma la fe de los que creen que Dios conoce el futuro con mucha anticipación.

¿Por qué Dios distingue a Ciro como “su ungido” (Isa. 45:1)?

Este término hebreo para “ungido” es el vocablo del que proviene la palabra Mesías. En otra parte del Antiguo Testamento, esta palabra podría referirse a un sumo sacerdote ungido (Lev. 4:3, 5, 16; 6:22), a un rey israelita ungido (1 Sam. 16:6; 24:6, 10; 2 Sam. 22:51), o al Mesías, un Rey y Libertador davídico futuro e ideal (Sal. 2:2; Dan. 9:25, 26). Desde la perspectiva de Isaías, Ciro era un rey futuro, enviado por Dios para liberar a su pueblo. Pero él era un mesías inusual, porque no era israelita. Haría algunas cosas que haría el Mesías, como derrotar a los enemigos de Dios y liberar a su pueblo cautivo, pero no podía ser el mismo que el Mesías, porque no descendía de David.

Al predecir a Ciro, Dios demostró su divinidad única al demostrar que solo él conoce el futuro (Isa. 41:4, 21–23, 26–28; 44:26).

Piensa en algunas otras profecías bíblicas que se han cumplido según lo previsto (como todos los reinos de Dan. 2, salvo el último; Dan. 7; o sobre los tiempos proféticos referidos a Cristo en Dan. 9:24–27). ¿Qué clase de esperanza nos ofrecen estas profecías personalmente?