“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isa. 53:5).
UNA OFRENDA DE RESTITUCIÓN TRANSFORMADORA (ISA. 53:10-12)
¿Qué significa que la vida del Siervo sea “entregada en ofrenda por el pecado” (Isa. 53:10, NTV)?
La palabra hebrea se refiere a una “ofrenda expiatoria o de restitución” (Lev. 5:14–6:7; 7:1–7), que podría expiar los agravios intencionales contra otros (Lev. 6:2, 3). Esos pecados fueron señalados por Isaías (Isa. 1-3; 10:1, 2; 58). Además, el pecador debe devolverle a la persona agraviada lo que le quitó, más una multa, antes de ofrecer el sacrificio para recibir el perdón de Dios (Lev. 6:4–7; comparar con Mat. 5:23, 24). En el caso de un uso indebido e involuntario de algo que pertenece a Dios, él es el receptor de la reparación (Lev. 5:16).
Ahora podemos entender Isaías 40:2, donde Dios consuela a su pueblo exiliado diciéndole que este ha pagado suficiente compensación por sus pecados.
Pero, después de la reparación, debe haber un sacrificio. Aquí está, en Isaías 53: el Siervo de Dios, en lugar de un carnero, es llevado como oveja al matadero (53:7) en favor de los que se han extraviado (53:6).
Aunque “cortado de la tierra de los vivientes” (53:8; comparar con Dan. 9:26), totalmente consumido en el sacrificio que enciende la llama de la esperanza para nosotros, el Siervo se levanta de la muerte, la tierra sin retorno, para recibir exaltación, ver a su “linaje” y prolongar sus días (53:10-12).
Busca los siguientes versículos. ¿De qué manera cada uno refleja el mismo mensaje básico que Isaías 53? Salmos 32:1, 2Romanos 5:8 Gálatas 2:16 Filipenses 3:9 Hebreos 2:9 1 Pedro 2:24
Si alguien te pidiera que resumas en un solo párrafo las buenas nuevas de Isaías 52:13 a 53:12, ¿qué escribirías?