“Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento” (Isa. 60:3).
“EL DÍA DE VENGANZA DEL DIOS NUESTRO” (ISA. 61:2)
En medio de todas las buenas noticias, ¿por qué el Mesías, según se muestra en Isaías 61, proclama la venganza de Dios?
En Nazaret, Jesús, el Mesías, leyó Isaías 61 hasta la frase “proclamar el año de la buena voluntad de Jehová” (Isa. 61:2; Luc. 4:19). Luego se detuvo y dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21). Por ende, evitó deliberada y específicamente leer las siguientes palabras del mismo versículo: “el día de venganza del Dios nuestro” (Isa. 61:2). En tanto que su ministerio de buenas nuevas, libertad y consuelo comenzaba a liberar a los cautivos de la tiranía de Satanás, el día de la venganza aún no había llegado. En Mateo 24 (comparar con Mar. 13; Luc. 21), predijo a sus discípulos que los juicios divinos vendrían en el futuro.
De hecho, en Isaías 61, el día de la venganza de Dios es el “día grande y espantoso de Jehová” (Joel 2:31; Mal. 4:5), que se cumplirá cuando Cristo venga nuevamente para liberar al planeta Tierra de la injusticia al derrotar a sus enemigos y liberar al remanente oprimido de su pueblo (Apoc. 19; comparar con Dan. 2:44, 45).
¿Cómo concilias la noción de un Dios de amor con un Dios que también promete venganza? ¿Son incompatibles estas ideas? ¿O entiendes la venganza como una manifestación de ese amor? Si es así, ¿cómo es eso?
Aunque Jesús nos ha dicho que pongamos la otra mejilla (Mat. 5:39), en otros lugares dejó muy en claro que se impondrá justicia y castigo (Mat. 8:12). Aunque Pablo nos dice que “ninguno pague a otro mal por mal” (1 Tes. 5:15), también dijo que cuando el Señor se revele desde el cielo, como una llama ardiente, “traerá juicio sobre los que no conocen a Dios” (2 Tes. 1:8, NTV).
La diferencia, por supuesto, es que el Señor, en su infinita sabiduría y misericordia, solo puede administrar justicia y venganza de una manera completamente justa. La justicia humana, la venganza humana, contiene todas las fallas, debilidades e inconsistencias de la humanidad. La justicia de Dios, por supuesto, no tendrá ninguna de esas limitaciones.
¿Cuál de los siguientes incidentes te haría más propenso a querer ver venganza contra alguien que hace el mal? (1) Una persona que lastima a alguien que tú no amas o (2) Una persona que lastima a alguien que tú amas. ¿Cómo nos ayuda esto a comprender mejor el vínculo entre el amor de Dios por nosotros y las advertencias de venganza?