“Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento” (Isa. 60:3).

LLAMADO UNIVERSAL (ISA. 60:1, 2)

martes 16 de marzo, 2021

¿De qué habla Isaías 60:1 y 2? ¿Qué principio ves que obra allí que se manifiesta en toda la Biblia? ¿Qué esperanza ofrece?

En Isaías 60:1 y 2, se nos brinda una imagen de la liberación del pueblo de Dios, después del exilio, expresada con la descripción de Dios que crea luz de la oscuridad y apunta hacia el cumplimiento final de la salvación por medio de Cristo.

En hebreo, esta personaje es femenino singular (ver además Isa. 60:1, 2). Debe ser “Sion”, personificada como una mujer, que se menciona casi al final del capítulo anterior (Isa. 59:20). Entonces, los pueblos de la Tierra, que están cubiertos de tinieblas, vendrán a Sion. Serán atraídos por la luz de la gloria de Dios que ha surgido sobre ella (Isa. 60:2). “Se convoca a Sion para que entre en la luz que es suya, para luego observar y reaccionar ante las naciones mientras se reúnen a la misma luz” (J. A. Motyer, The Prophecy of Isaiah: An Introduction and Commentary, p. 494). Fíjate que aunque Sion es Jerusalén, se hace más hincapié en la gente que en la ubicación física de la ciudad.

El resto de Isaías 60 desarrolla el tema presentado en los versículos 1 al 3: la gente del mundo siente atracción por Jerusalén, que es bendecida por la gloriosa presencia de Dios.

¿Cómo se compara esta profecía con la promesa del pacto de Dios a Abraham? Génesis 12:2, 3. ¿No están diciendo lo mismo?

Dios tenía un propósito universal cuando eligió a Abraham y a sus descendientes: a través de Abraham, todas las familias de la Tierra serían bendecidas (Gén. 12:3; 18:18; 22:18). Así, el pacto de Dios con Abraham finalmente fue un pacto con toda la humanidad a través de Abraham. Él y sus descendientes serían el canal de la revelación de Dios para el mundo.

Isaías trató de restablecer a su pueblo a su destino antiguo y universal. Como representantes del Dios verdadero, eran responsables no solo de sí mismos sino también del mundo. Debían acoger a los extranjeros en busca de Dios (ver además Isa. 56:3–8), porque su Templo sería llamado “casa de oración para todos los pueblos” (Isa. 56:7).

En este contexto, ¿cómo entiendes el papel de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, o más específicamente, tu papel individual en esa iglesia?