“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento” (Isa. 65:17).

“IMÁN” DIVINO (ISA. 66:1–19)

lunes 22 de marzo, 2021

Lee Isaías 66:1 al 19. Teniendo en cuenta la época en que Isaías escribió, ¿cuál es el mensaje básico que da aquí?

A través del profeta, Dios reitera el llamado y la advertencia que impregnan el libro: Dios salvará y restaurará a los humildes que tiemblan ante su Palabra (Isa. 66:2, 5). Como en Isaías 40:1, los consolará (66:13). Pero destruirá a los que se rebelen contra él. Esto incluye a los hipócritas que practican rituales, cuyos sacrificios él rechaza (66:3, 4; comparar con 1:10–15), así como a quienes odian y rechazan a los fieles de Dios (66:5). También incluye a quienes practican abominaciones paganas (66:17) como las que se practicaban incluso en el Templo de Jerusalén (Eze. 8:7–12).

Lee Isaías 66:3 detenidamente. ¿Qué quiere decir este versículo? ¿Qué principios espirituales se revelan? ¿Cómo podría expresarse la misma idea, pero en el contexto del cristianismo y la adoración contemporáneos?

¿En qué medida Dios actúa como un imán para atraer a las naciones a sí mismo? Isaías 66:18, 19.

Después de la destrucción de sus enemigos (66:14–17), Dios revela su gloria para que se convierta en un imán para atraer a la gente a Jerusalén (comparar con 2:2–4). Él establece una “señal” entre ellos, que no se especifica aquí, pero aparentemente se refiere a la señal mencionada por última vez por Isaías: Dios da alegría y paz a su pueblo, y restaura su tierra (Isa. 55:12, 13). Cuando revela su gloria al restaurar a su pueblo después de la destrucción, esta es una señal de su favor restaurado, así como dio a Noé la señal del arco iris después del Diluvio (Gén. 9:13-17).

Lee Isaías 66:5. ¿Qué significa “temblar” ante su Palabra? ¿Por qué quiere el Señor que temblemos frente a su Palabra? Si tú no tiemblas, ¿qué podría significar eso sobre la condición de tu corazón?