“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20).

TU ESCUDO

domingo 25 de abril, 2021

“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande” (Gén. 15:1).

Lee Génesis 15:1 al 3. Piensa en el contexto en el que se presentó. ¿Por qué lo primero que el Señor le dice a Abram es “No temas”? ¿Por qué habría de temer Abram?

Lo especialmente interesante aquí es que el Señor le dice a Abram “Yo soy tu escudo”. El uso del adjetivo posesivo “tu” muestra la naturaleza personal de la relación. Dios se relacionará con él en forma individual, como con todos nosotros.

La designación de Dios como “escudo” aparece aquí por primera vez en la Biblia y es la única vez que Dios la utiliza para darse a conocer, aunque otros escritores bíblicos usan el término para hablar acerca de Dios (Deut. 33:29; Sal. 18:30; 84:11; 144:2).

Cuando Dios se designa a sí mismo como escudo de alguien, ¿qué significa eso? ¿Significó algo para Abram que quizá no signifique nada para nosotros hoy? ¿Podemos reclamar esa promesa para nosotros? ¿Significa que no nos sobrevendrá ningún daño físico? ¿En qué sentido Dios es un escudo? ¿Cómo entiendes esa imagen?

“Cristo no manifiesta un interés casual en nosotros; el suyo es más fuerte que el de una madre por su hijo [...]. Nuestro Salvador nos ha comprado con sufrimiento y dolor, con insultos, reproches, abusos, burlas, rechazos y la muerte. Él vela por ti, tembloroso hijo de Dios. Él te dará seguridad bajo su protección. [...] La debilidad de nuestra naturaleza humana no nos impedirá acceder al Padre celestial, porque él [Cristo] murió para interceder por nosotros” (SD 77).

En apariencia, Rolando había sido un fiel seguidor del Señor. Luego, de pronto murió en forma inesperada. ¿Qué pasó con Dios como su escudo? ¿O debemos entender la idea de Dios como nuestro escudo de una manera diferente? Explica. ¿De qué nos promete Dios protegernos siempre? (Ver 1 Cor. 10:13.)