“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9).

ISRAEL Y EL PACTO

martes 04 mayo, 2021

“Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron” (Jer. 11:8).

Lee bien este versículo. El Señor dice que traerá sobre ellos “todas las palabras de este pacto”. Sin embargo, ¡está hablando de algo malo! Aunque tendemos a pensar que el Pacto nos ofrece solo algo bueno, existe la otra cara. Este principio se vio con Noé. Dios le ofreció algo maravilloso: preservarlo de la destrucción; pero Noé tuvo que obedecer para recibir las bendiciones de la gracia de Dios. Si no lo hacía, se aplicaría la otra parte del Pacto.

Compara el texto anterior con Génesis 6:5, relacionado con el mundo antediluviano. ¿Cuál es el paralelismo? ¿Qué dicen estos versículos sobre lo importante que es que controlemos los pensamientos?

Desgraciadamente, la historia de Israel como nación fue, mayormente, un reiterado patrón de apostasía, seguido de juicios divinos, arrepentimiento y un período de obediencia. Solo brevemente, bajo los reinados de David y de Salomón, controlaron la extensión total del territorio prometido.

Examina estos versículos de Jeremías sobre la apostasía de Israel. “Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová. [...] Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová” (Jer. 3:1, 20, énfasis añadido).

Esto trae a colación algo que se mencionó anteriormente: el pacto que Dios quiere hacer con nosotros no es simplemente un acuerdo legal y frío hecho entre empresarios, por el que cada uno busca sacar la mejor tajada. La relación de pacto es un compromiso tan serio y sagrado como el matrimonio, razón por la cual el Señor usa las imágenes que usa.

La cuestión es que la apostasía de Israel no tuvo su causa en la desobediencia, sino en una relación personal rota con el Señor; ruptura que causó desobediencia y finalmente trajo castigo sobre ellos.

¿Por qué el aspecto relacional y personal es tan decisivo en la vida cristiana? ¿Por qué si nuestra relación con Dios no está bien somos tan propensos a caer en el pecado y la desobediencia? Además, ¿qué le dirías a alguien que se pregunta: “¿Cómo puedo desarrollar una relación profunda y amante con Dios?”

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