“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones” (Deut. 7:9).
LA LEY DEL PACTO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 19:6; Isaías 56:7; Hebreos 2:9; Deuteronomio 4:13; 10:13; Amós 3:3; Génesis 18:19.
Una de las frases importantes del Salmo 23 indica hacia dónde desea llevarnos Dios. “Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”, declara David en el versículo 3 (énfasis añadido). Debido a su integridad moral, Dios nunca nos llevará por mal camino. Él nos ofrecerá caminos seguros para nuestra experiencia espiritual en la vida.
¿Cuáles son las “sendas de justicia” seguras? El autor de otro Salmo responde a esta pregunta mediante un pedido de oración: “Llévame por el camino de tus mandamientos, pues en él está mi felicidad” (Sal. 119:35, DHH, énfasis añadido). “Todos tus mandamientos son justicia” (Sal. 119:172). La Ley de Dios es un camino seguro y firme a través del traicionero pantano de la existencia humana.
Nuestra lección de esta semana se centra en la Ley de Dios y su lugar en el pacto del Sinaí.
Reseña de la semana: ¿Qué significó la elección de Israel? ¿Qué paralelismo hay entre la elección de Israel y la nuestra? ¿Qué importancia tenía la Ley en el Pacto? El Pacto ¿nos llega en forma incondicional? ¿Por qué la obediencia es una parte tan esencial de la relación del Pacto?