“Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida” (Heb. 9:15, NVI).
EL SUMO SACERDOTE DEL NUEVO PACTO
El Santuario terrenal, donde Dios eligió morar con su pueblo, giraba en torno al sacrificio de los animales. Sin embargo, el servicio no terminaba con la muerte de estas criaturas. El sacerdote asperjaba la sangre en el Santuario en nombre del pecador después de ejecutar el sacrificio.
Sin embargo, todo este servicio era solo una sombra, un símbolo de lo que Cristo haría por el mundo. Por lo tanto, así como los símbolos (el servicio del Santuario) no terminaban con la muerte del animal, la obra de Cristo por nosotros tampoco terminó con su muerte en la Cruz.
Hoy estudia Hebreos 8:1 al 6. Lee los versículos con oración. Pide al Señor que te ayude a entender lo que dicen y por qué es importante que lo sepamos. Una vez que hayas terminado, escribe con tus palabras lo que crees que es el mensaje del Señor para nosotros en estos versículos. También pregúntate: ¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender el Nuevo Pacto?
Así como había un Santuario, un sacerdocio y un ministerio terrenales bajo el Antiguo Pacto, también hay un Santuario celestial, un sacerdocio celestial y un ministerio celestial bajo el Nuevo Pacto. Sin embargo, lo que eran solo símbolos, imágenes y una sombra (Heb. 8:5) en el Antiguo Pacto, se hicieron realidad en el Nuevo Pacto.
Además, en lugar de un animal amoral como nuestro sustituto, tenemos al Jesús inmaculado; en lugar de sangre animal, tenemos la sangre de Cristo; en lugar de un Santuario hecho por el hombre, tenemos “aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre” (Heb. 8:2); y en lugar de un sacerdote humano, pecador y sujeto a error, tenemos a Jesús, quien ministra en nuestro favor como Sumo Sacerdote. Con todo esto en mente, medita sobre las palabras de Pablo: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Heb. 2:3).
Piénsalo: Jesús vivió una vida sin pecado por ti, murió por ti, y ahora está en el cielo ministrando en el Santuario por ti. Todo esto lo hizo para salvarte de los terribles resultados finales del pecado. Haz planes, para mañana o en los próximos días, de hablar con alguien sobre esta maravillosa noticia, con alguien que pienses que necesite escucharlo. Practica de antemano lo que vas a decir, sobre la base del estudio de hoy.