“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Sal. 84:2).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“En la estima de los rabinos, el summum de la religión era estar siempre en bulliciosa actividad. Ellos dependían de alguna realización externa para manifestar su piedad superior. Así separaban sus almas de Dios y se encerraban en la suficiencia propia. Todavía existen los mismos peligros. Al aumentar la actividad, si los hombres llegan a tener éxito en ejecutar algún trabajo para Dios, existe el peligro de que confíen en los planes y los métodos humanos. Tienden a orar menos y a tener menos fe. Como los discípulos, corremos el peligro de perder de vista nuestra dependencia de Dios y tratar de hacer de nuestra actividad un salvador. Necesitamos mirar constantemente a Jesús comprendiendo que es su poder el que realiza la obra. Aunque debemos trabajar fervientemente para la salvación de los perdidos, también debemos dedicar tiempo a la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Es únicamente la obra realizada con mucha oración y santificada por el mérito de Cristo la que al fin habrá resultado eficaz para el bien” (DTG 329).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- La presión constante de estar pendiente de las cosas, estar disponible (física o virtualmente) todo el tiempo y tratar de vivir de acuerdo con ideales que no son realistas ni dados por Dios puede enfermar a las personas emocional, física y espiritualmente. Tu iglesia, ¿cómo puede convertirse en un lugar acogedor para personas agotadas y cansadas que anhelan descansar?
- ¿Es posible que estemos demasiado ocupados, incluso haciendo cosas buenas para Dios? Piensen en la historia de Jesús y sus discípulos en Marcos 6:30 al 32 y analicen las aplicaciones en la clase.
- En 1899 se batió un récord de velocidad. En realidad, alguien había recorrido 63,15 kilómetros en una hora en un automóvil, ¡y vivió para contarlo! Hoy, por supuesto, los automóviles van mucho más rápido que eso. Y la velocidad de los procesadores de nuestros teléfonos móviles es mucho más rápida que la de las grandes computadoras más rápidas de hace una generación. Y los viajes aéreos son más rápidos de lo que solían ser, y cada vez son más rápidos. La cuestión es que casi todo lo que hacemos hoy se hace más rápido que en el pasado. Y, sin embargo, ¿qué? Todavía andamos apurados y sin descanso suficiente. ¿Qué debería decirnos eso sobre la naturaleza humana básica y por qué Dios le dio tanta importancia al descanso, que es uno de sus Mandamientos?
- Reflexiona en la idea de que incluso en el Edén, antes del pecado, se había instituido el reposo sabático. Además de la interesante implicación teológica de esta verdad, ¿qué debería decirnos acerca de cuán necesario era el descanso incluso en un mundo perfecto?