“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Cor. 10:11).

ES CONTAGIOSO

lunes 5 de julio, 2021

Lee Números 12:1 al 3. ¿Por qué están molestos María y Aarón?

Evidentemente, María y Aarón estaban descontentos con la esposa cusita de Moisés. Séfora era una forastera proveniente de Madián (ver Éxo. 3:1). Incluso entre la “élite” de Israel se revela la naturaleza caída, y de una manera no muy agradable, por cierto.

Sin embargo, el texto bíblico muestra claramente que esto era un pretexto. El motivo principal de su queja era sobre el don profético. En el capítulo anterior, Dios había encomendado a Moisés que nombrara a setenta de los ancianos de Israel que lo ayudarían a llevar la carga administrativa del liderazgo (Núm. 11:16, 17, 24, 25). Aarón y María también habían estado desempeñando roles clave de liderazgo (Éxo. 4:13-15; Miq. 6:4), pero ahora se sentían amenazados por la formación de nuevos líderes, y dijeron: “¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?” (Núm. 12:2).

¿Cómo responde Dios a esta queja? Lee Números 12:4 al 13. ¿Por qué crees que Dios responde de manera tan decisiva?

La respuesta de Dios es inmediata y no deja lugar a interpretaciones. El don profético no es un arma que se utilice para ejercer más poder. Moisés estaba bien preparado para el liderazgo porque había aprendido a depender en forma extrema de Dios.

El hecho de que se mencione a María antes que a Aarón en el versículo 1 sugiere que ella pudo haber sido la instigadora del ataque a Moisés. A estas alturas, Aarón ya se desempeñaba como sumo sacerdote de Israel. Si hubiera sido herido de lepra, no habría podido entrar en el Tabernáculo ni servir en nombre del pueblo. El castigo de Dios a María con lepra temporal comunica vívidamente su disgusto por ambos y ayuda a lograr el cambio de actitud que esta familia necesita. La súplica de Aarón a favor de ella confirma que él también estaba involucrado (Núm. 12:11); y ahora, en lugar de críticas y descontento, vemos que Aarón suplica por María, y vemos que Moisés intercede por ella (Núm. 12:11–13). Esta es la actitud que Dios quiere ver en su pueblo.

Aunque siempre es fácil ser crítico con los líderes de la iglesia, en cualquier nivel, ¿cuánto mejor sería nuestra iglesia y nuestra vida espiritual si, en lugar de quejarnos, intercediéramos en favor de nuestros líderes incluso cuando no estamos de acuerdo con ellos?