“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).

“Y LIGERA MI CARGA”

jueves 29 de julio, 2021

La declaración final de Jesús en Mateo 11:30 usa la imagen de llevar una carga: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.

Moisés estaba contento al ver a su suegro Jetro después de que Israel salió de Egipto y cruzó el mar. Lee Éxodo 18:13 al 22. ¿Cómo es llevar la carga de otra persona en esta historia?

Éxodo 18:13 nos dice que el pueblo acudía a Moisés para resolver pleitos desde la mañana hasta el atardecer. Cuando el suegro de Moisés vio esto, le suplicó encarecidamente a su yerno que organizara una estructura que le permitiera concentrarse en las cosas grandes, mientras confiaba a otros que se encargaran de las cosas más simples. Las Escrituras nos dicen que Moisés escuchó la voz de Jetro e implementó estos cambios alentadores.

Cuando Jesús nos dijo que su carga es ligera, quiso recordarnos que podemos confiar en él, el mayor Portador de cargas. Como Moisés, debemos aprender que necesitamos que otros compartan nuestras cargas. En 1 Corintios 12:12 al 26, la imagen de Pablo acerca del cuerpo de Cristo ofrece una buena ilustración de cómo se pueden compartir las cargas. Necesitamos un cuerpo funcional para poder soportar cualquier peso. Necesitamos piernas, brazos, hombros, músculos y tendones para llevar cualquier cosa.

Lee Gálatas 6:2. Ayudarnos a llevar los unos las cargas de los otros ¿cómo nos ayuda a cumplir la ley de Cristo?

El contexto inmediato de este pasaje puede ofrecer alguna ayuda. En Gálatas 6:1, Pablo declara que si un hermano cae en tentación debemos restaurar a esa persona con un espíritu de mansedumbre (recuerda la declaración de Jesús en Mat. 11:29 de que él es manso). Llevar las cargas significa restaurar a alguien que se ha desviado para ayudar a esa persona a ver la gracia divina. Pero también significa ayudarnos unos a otros cuando nosotros, o ellos, padecemos dificultades. El término griego para “carga” puede referirse a un peso pesado o una piedra. Es un recordatorio de que todos llevamos cargas y que todos necesitamos a quienes puedan ayudarnos a llevar la carga. Compartir la carga es una actividad de la iglesia, ordenada por Dios, que requiere mansedumbre y produce compasión.

Piensa en la última vez que alguien te ayudó a llevar una carga con la que estabas luchando. ¿Por qué eso significó tanto para ti? ¿Qué carga puedes ayudar a llevar?