“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).
“PORQUE MI YUGO ES FÁCIL”
Ya hemos notado que el uso que hace Jesús de “yugo” en esta parte refleja el uso que hace el judaísmo del término y de otros pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a una interpretación errónea de la Ley.
El término griego traducido como “fácil”, en Mateo 11:30, también se puede traducir como “bueno, agradable, útil y benévolo”. Muchos a nuestro alrededor consideran que la Ley de Dios es pesada, difícil de cumplir y, a veces, irrelevante. ¿Cómo podemos ayudarlos a descubrir la belleza de la Ley e inspirar amor por el Legislador?
Los padres siempre recuerdan el momento en que su hijo dio ese primer paso. A un primer paso vacilante le sigue un segundo paso tentativo, luego un tercero, y para entonces es más probable que el niño tropiece y caiga. Puede haber algunas lágrimas y quizás hasta un moretón, pero una vez que el niño haya sentido la libertad del movimiento, se levantará y volverá a intentarlo. Caminar, caerse, levantarse, caminar, caerse, levantarse... La secuencia se repite muchas veces antes de que el niño pueda caminar con seguridad. Y, sin embargo, en medio de tropiezos y caídas, hay una carita orgullosa que declara triunfal: ¡Papá, mamá, puedo caminar!
Caminar con Jesús quizá no siempre sea fácil, pero siempre es bueno y apropiado. Podemos tropezar, incluso podemos caer; sin embargo, podemos levantarnos y seguir caminando con él a nuestro lado.
En Gálatas 5:1, Pablo escribió: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. ¿Qué significa eso? ¿De qué modo Cristo nos ha hecho libres? ¿Cuál es la diferencia entre el yugo que nos pide que llevemos y el “yugo de esclavitud” contra el que nos advierte Pablo?
Si bien no sabemos exactamente lo que Pablo quiso decir con el “yugo de esclavitud”, podemos asegurar que no se refería a la obediencia a la Ley de Dios, los Diez Mandamientos. Al contrario, es a través de la obediencia, mediante la fe (sabiendo que nuestra salvación está asegurada no sobre la base de la Ley, sino de la justicia de Cristo que nos cubre), que podemos tener verdaderos descanso y libertad.
¿Por qué hay más descanso en llevar una vida de obediencia a la Ley de Dios que en desobedecer esa ley?