“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).

“VENID A MÍ…”

sábado 24 de julio, 2021

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 11:20–30; 5:5; Deuteronomio 18:15; Gálatas 5:1; Éxodo 18:13–22; Gálatas 6:2.

Qué maravillosa promesa nos ha dejado Jesús en nuestro versículo para memorizar. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha sentido agobiado a veces, no tanto por el trabajo en sí (aunque con frecuencia también puede ocurrir) sino por la carga y la fatiga pesada que conlleva la vida misma? Y Jesús aquí nos está diciendo que él sabe por lo que estamos pasando, que puede ayudarnos; es decir, si se lo permitimos.

Y luego, después de indicarnos que llevemos su yugo, Jesús dice: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11:30). En otras palabras, deshazte de los yugos y las cargas que llevas (dámelos) y toma los míos sobre ti, porque los míos son más fáciles de llevar.

¿Cómo podemos experimentar el descanso del que habla Jesús? A fin de cuentas, vivimos en un mundo donde, después del pecado, el Señor le dijo a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Gén. 3:19). Por lo tanto, sabemos lo que es trabajar y llevar cargas que pueden parecer demasiado difíciles de soportar, al menos por nuestra cuenta.