“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Gén. 45:5).

EL DESCANSO, LAS RELACIONES Y LA SALUD

sábado 7 de agosto, 2021

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 42:7–20; Mateo 25:41–46; Génesis 42:21–24; 45:1–15; Lucas 23:34; Génesis 50:15–21.

Un hombre había sido acusado de agredir sexualmente a una mujer. Ella lo identificó positivamente en una rueda de reconocimiento. Aunque las evidencias hacían que la culpabilidad de él fuera dudosa, la mujer insistió en que “Johnny” era el culpable.

Y así Johnny fue a la cárcel, donde se pudrió durante catorce años por un delito que no cometió. Recién cuando las evidencias de ADN lo exoneraron, la mujer, “Joan”, se dio cuenta de su terrible error.

Quería conocer a Johnny después de que lo liberaron. ¿Qué haría este hombre, que sufrió tanto, cuando se encontrara cara a cara con la mujer que le había arruinado la vida durante tantos años?

Ella lo estaba esperando en una habitación. Cuando él entró, se miraron a los ojos y Joan se largó a llorar.

“Johnny simplemente se inclinó y me tomó las manos, me miró y me dijo: ‘Te perdono’. Yo no podía creerlo. Allí estaba este hombre al que yo había odiado y solo le deseaba la muerte. Y sin embargo, ahora, aquí estaba él, diciéndome a mí, que le había hecho tanto mal, que me perdonaba. Recién entonces comencé a comprender de qué se trataba realmente la gracia. Y recién entonces comencé a sanar y a tener un verdadero descanso”.