“Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gén. 2:3).
LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO
Dios ordena a su pueblo que guarde el día de reposo. Junto con los mandamientos de no matar y no robar está el de recordar el sábado, aunque la Biblia no nos da detalles sobre cómo debemos guardarlo exactamente.
¿Qué atmósfera deberíamos crear y promover el sábado? Ver el Salmo 92 e Isaías 58:13.
Debido a que guardar el sábado significa celebrar la Creación y la Redención, su atmósfera debe ser de gozo y deleite en el Señor, y no de tristeza.
La observancia del sábado no comienza el séptimo día. Como el primer sábado fue la culminación de la semana de la Creación, deberíamos acordarnos del día de reposo toda la semana, y planificar con anticipación para poder dejar a un lado nuestro trabajo semanal y, cuando llegue el sábado, “santificarlo”. Es clave prepararse intencionalmente durante la semana y especialmente en el día de preparación (Mar. 15:42), o viernes, y esto contribuye al deleite a medida que aumenta la expectativa para este día tan especial.
¿Qué aspecto importante de la observancia del sábado se destaca en Levítico 19:3?
La observancia del sábado también significa fomentar nuestra relación con familiares y amigos. Dios provee tiempo para el compañerismo familiar, y esto abarca el descanso incluso para los sirvientes y los animales de la familia (ver Éxo. 20:8-11). El sábado y la familia van juntos.
Si bien el descanso y el tiempo en familia son principios importantes, la observancia del sábado también significa participar con nuestra familia de la iglesia de la adoración colectiva dedicada a Dios. Jesús asistió a los cultos de adoración y hasta se registra su participación en la predicación allí mientras estuvo en la Tierra. (Ver Lev. 23:3; Luc. 4:16; Heb. 10:25).
Aunque nuestras rutinas y nuestros ritmos semanales estén acelerados, en lo profundo de nuestro corazón hay un anhelo por el verdadero descanso del sábado, la verdadera comunión con nuestro Hacedor. Si nos acordamos de hacer un alto en todas nuestras actividades y hacemos planes de pasar tiempo con Dios y fomentar nuestras relaciones, podremos entrar en el ritmo y el descanso sabáticos.
¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado y las bendiciones que se pueden obtener al guardarlo? ¿Qué más podrías hacer para santificar este tiempo santo?