“Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gén. 2:3).
OTRA RAZÓN PARA DESCANSAR
Israel está acampado del lado oriental del Jordán. Ya habían tomado posesión de las tierras del rey de Basán y de dos reyes de los amorreos. Una vez más, en este momento crucial, Moisés reúne a Israel y les recuerda que el pacto hecho en el Sinaí no fue solo para sus padres, sino también para ellos. Luego continúa repitiendo los Diez Mandamientos, nuevamente para su beneficio.
Compara Éxodo 20:8 al 11 con Deuteronomio 5:12 al 15. ¿Cuál es la diferencia en la forma en que se expresa el mandamiento del sábado en estos pasajes?
En Éxodo 20:8, el Mandamiento comienza con la palabra “Acuérdate”. Deuteronomio 5:12 comienza con la palabra “Guardarás”. La palabra “acuérdate” aparece un poco más adelante en el mismo Mandamiento (Deut. 5:15). En este versículo, se les dice que recuerden que fueron esclavos. Aunque las personas de esta generación crecieron siendo libres, todos habrían nacido en la esclavitud si no fuera por el rescate milagroso. El mandamiento del sábado era para recordarles que el mismo Dios que estuvo activo en la historia de la Creación también estuvo activo en su liberación: “Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido” (Deut. 5:15).
Esta verdad se ajusta a las circunstancias de los israelitas de ese entonces, que se encontraban por segunda vez en la frontera de la Tierra Prometida, unos cuarenta años después de que la primera generación fracasara tan miserablemente. Eran tan impotentes para conquistar esta tierra como sus antepasados lo fueron para escapar de Egipto. Necesitaban a este Dios que actúa con “mano fuerte” y “brazo extendido”.
El sábado está a punto de adquirir una dimensión adicional. Debido a que Dios es el Dios de la liberación, Israel debe guardar el día de reposo (Deut. 5:15).
Por supuesto, la Creación no está lejos del mandamiento del sábado, incluso en Deuteronomio 5, a pesar de que la motivación sea diferente. En cierto sentido, la liberación de Israel de la tierra de Egipto es el punto de partida de una nueva Creación, similar a la historia de la Creación en Génesis. Israel, como pueblo liberado, es la nueva Creación de Dios (ver también, p. ej., Isa. 43:15).
Y debido a que el Éxodo se considera un símbolo de la libertad del pecado, es decir, la redención, podemos encontrar en el sábado un símbolo tanto de la Creación como de la Redención. Por tanto, de una manera muy real, el sábado nos señala a Jesús, nuestro Creador y Redentor.
Lee Juan 1:1 al 13. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre Jesús como nuestro Creador y Redentor?