“Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis” (Lev. 23:3).

SERVIR A LOS DEMÁS ES HONRAR EL SÁBADO DE DIOS

miércoles 1 de septiembre, 2021

En el mundo del Nuevo Testamento, algunos dirigentes religiosos habían degradado la observancia del sábado a un buen “arte”. Establecieron decenas de prohibiciones y reglas para ayudar a guardar y santificar el día de reposo.

Esto incluía la prohibición de atar o desatar cualquier cosa, separar dos hilos, extinguir un incendio, transportar un objeto entre un ámbito privado y el dominio público, o transportar algo por más de una distancia específica en el ámbito público.

¿Qué acusación se presenta contra Jesús en Juan 5:7 al 16?

Estos dirigentes ignoraron por completo el maravilloso milagro que Jesús había realizado y la liberación de la enfermedad que había otorgado a este hombre. Estaban obsesionados con que el hombre sanado cargaba su cama en público en sábado. En lugar de ver cómo el “Señor [...] del día de reposo” (Mar. 2:28) utilizaba este día especial, estos líderes estaban decididos a mantener sus propias normas y reglamentos. Debemos tener cuidado de no cometer errores similares a nuestro modo y en nuestro propio contexto.

¿Cómo describe Isaías 58:2 y 3 la agenda de Dios para la observancia del sábado?

Dios no quiere una adoración hueca o un silencio piadoso. Quiere ver a su pueblo comprometido con otras personas, especialmente con los oprimidos y los marginados.

Isaías aclara esto en Isaías 58:13 y 14: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado” (Isa. 58:13, 14).

Buscar nuestra “voluntad” (Isa. 58:13, o nuestros “intereses personales”, como traduce la PDT) equivale a “profanar el sábado” (NVI). Las agendas humanas no son parte del ideal del sábado de Dios. Más bien, se nos invita a estar atentos a quienes atraviesan problemas, a los cautivos, a los hambrientos y desnudos, a los que andan en la oscuridad y cuyos nombres nadie parece recordar. Más que cualquier otro día de la semana, el sábado debería despojarnos de nosotros mismos y de nuestro egoísmo, y hacernos pensar más en los demás y en sus necesidades que solo en nosotros mismos.