“Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” (Deut. 10:19).

“AMARÉIS AL EXTRANJERO”

lunes 25 de octubre, 2021

En medio de estas amonestaciones, Moisés declara: “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella” (Deut. 10:14). Qué expresión tan poderosa de la soberanía del Señor, una idea que también se encuentra en otros lugares de la Biblia: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Sal. 24:1).

Lee Deuteronomio 10:17 al 19. ¿Qué otra declaración hace Moisés acerca del Señor también? Más aún, ¿qué le ordena Dios a su pueblo como resultado de esa declaración?

Jehová no solo es el Soberano del cielo y de la Tierra; también es “Dios de dioses y Señor de señores” (Deut. 10:17). Esto no significa que haya otros dioses, dioses menores, como los supuestos dioses que adoraban los paganos a su alrededor. Más que hablar de que solo él es el único Dios (“Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo” [Deut. 32:39]), más bien es una forma de afirmar su supremacía total sobre todos los demás poderes, reales o imaginarios, ya sea en el cielo o en la Tierra.

El pasaje también dice que él es “el gran Dios, poderoso y terrible, que no actúa con parcialidad ni acepta sobornos” (NVI). Todo esto es parte del mensaje mayor: Jehová es tu Dios; y tú, su pueblo. Debes obedecerle.

Qué contraste tan poderoso se presenta aquí también. Sí, Jehová es Dios de dioses y Señor de señores, el Gobernante soberano y Sustentador de la creación (Col. 1:16, 17), pero también se preocupa por los huérfanos, las viudas y los extranjeros, y muestra su cuidado al satisfacer sus necesidades físicas inmediatas. El Dios que toma nota cuando un gorrión cae al suelo (Mat. 10:29) conoce la difícil situación de los marginados de la sociedad. En otras palabras, es como si el Señor le estuviera diciendo al pueblo: “Está bien, tal vez sean los elegidos, son especiales y los amo, pero también amo a los demás, incluyendo a los necesitados y los desamparados que hay entre ustedes. Y, así como yo los amo, ustedes también deben amarlos. Esta es una de las obligaciones del Pacto y también es importante”.

Lee Salmo 146:5 al 10. ¿Cuál es el mensaje del Salmo que refleja lo que Dios está diciendo aquí, y qué debería significar esto para nosotros hoy, como cristianos?