“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2).

EL JUSTO VIVIR Á POR FE

domingo 6 de marzo, 2022

Lee Hebreos 10:35 al 39. ¿Qué nos está diciendo Dios en estos versículos?

La paciencia es una característica del pueblo de Dios del tiempo del fin, sin la cual no podrá recibir las promesas (Apoc. 13:10; 14:12). Sin embargo, para perseverar, los creyentes necesitan “retener” su fe (Heb. 10:23; 4:14). Pablo muestra que la generación del desierto no pudo recibir la promesa porque le faltó fe (Heb. 3:19). Hebreos, además, revela que los creyentes están en el umbral del cumplimiento de las promesas (Heb. 9:28; 10:25, 36-38) y que necesitan ejercer fe si quieren recibir las promesas (Heb. 10:39).

Pablo presenta su exposición sobre la fe con una cita de Habacuc 2:2 al 4. Habacuc le había preguntado a Dios por qué toleraba a la gente traicionera que oprimía a los justos (Hab. 1:12-17). El profeta y su pueblo estaban sufriendo; por ende, querían que Dios actuara. Sin embargo, Dios respondió que había un tiempo señalado para el cumplimiento de su promesa y que tendrían que esperar (Hab. 2:2-4). Habacuc y su pueblo vivieron, como nosotros, entre el momento de la promesa y el momento de su cumplimiento. El mensaje de Dios en Hebreos continúa así: “El que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37; ver además Hab. 2:3).

El mensaje se refiere a Jesús. Él es el Justo, la personificación de la fe que agrada a Dios y que da vida (Heb. 10:5-10).

¿Por qué “tardar”, entonces? No tardará. Él ya ha venido a morir por nosotros (Heb. 9:15-26), y seguramente volverá a la hora señalada (Heb. 9:27, 28; 10:25).

El mensaje de Dios sigue: “Mas el justo vivirá por fe” (Heb. 10:38). Pablo dice lo mismo en Romanos 1:17 y Gálatas 3:11. Romanos 1:16 y 17 es especialmente esclarecedor porque explica que la justicia de Dios se “revela por fe y para fe”. Lo que Pablo quiere decir es que la fidelidad de Dios a sus promesas está en primer lugar, y su fidelidad produce, como resultado, nuestra fe, o fidelidad.

Por lo tanto, debido a que Dios permanece fiel a sus promesas (2 Tim. 2:13), los justos, en respuesta a la fidelidad de Dios, también permanecerán fieles.

¿Por qué es importante reconocer que nuestra fe es el resultado de la fidelidad de Dios y que se alimenta de ella? ¿Cómo podemos aprender más a confiar en su fidelidad en relación con nosotros y en las promesas que nos dejó?