“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2).
JESÚS, EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hebreos 10:35–39; Romanos 1:17; Hebreos 11; Josué 2:9–11; Hebreos 12:1–3.
Hebreos 11 y 12 probablemente sean los capítulos más amados del libro. Describen la vida cristiana como una carrera en la que todos participamos y en la que todos los que se mantengan fieles recibirán la recompensa. También describen el drama de la Redención como una carrera en la que hubo personas de fe en el pasado que perseveraron, a pesar de los sufrimientos, pero que aún no han recibido la recompensa.
Y eso se debe a que la historia también termina con nosotros, no solo con ellos. Somos el acto final. El drama culmina con nuestra entrada y ejecución de la última parte de la carrera, y con Jesús sentado en la línea de meta a la diestra de Dios. Él aporta inspiración y el mejor ejemplo de cómo se lleva a cabo la carrera. Él es el Testigo supremo de que la recompensa es verdadera y que él es el Precursor que nos abre el camino (Heb. 6:19, 20; 10:19-23).
Hebreos 11 explica que la fe es confiar en las promesas de Dios, aunque todavía no podamos verlas. Esta lección explorará qué es la fe y cómo se obtiene a través de los ejemplos del pasado pero, de manera especial y central, a través del ejemplo de Jesús, “el autor y consumador de la fe” (Heb. 12:2).