“Permanezca el amor fraternal” (Heb. 13:1).
SALGAMOS A JESÚS FUERA DEL CAMPAMENTO
Compara Hebreos 13:10 al 14; Marcos 8:34; Mateo 10:38; Lucas 14:27; y Gálatas 2:20. ¿Qué significa salir a Jesús fuera del campamento?
El lugar fuera de la puerta era el más inmundo de todo el campamento. Allí se quemaban los restos de los animales sacrificados (Lev. 4:12). A los leprosos también se los excluía del campamento (Lev. 13:46), y allí se ejecutaba a los blasfemos y demás criminales (Lev. 24:10–16, 23; 1 Rey. 21:13; Hech. 7:58). Estas normas presuponían que la presencia de Dios estaba dentro del campamento. Todo lo que era impuro se echaba afuera porque Dios no estaba dispuesto a ver ninguna cosa “inmunda” o “indecente” en él (Núm. 5:3; Deut. 23:14).
Jesús sufrió en la Cruz fuera de Jerusalén (Juan 19:17-20). Esto enfatiza la vergüenza que soportó (Heb. 12:2). Fue condenado oficialmente como alguien que “blasfemó el Nombre” y, por lo tanto, Israel lo repudió y lo ejecutó fuera de la muralla (Mar. 14:63, 64; ver Lev. 24:11, 16). Jesús fue echado fuera del campamento como una cosa “vergonzosa”, “inmunda” o “indecente” (Heb. 12:2). Sin embargo, Pablo exhorta a los creyentes a seguir a Jesús fuera de la puerta, soportando la vergüenza que él soportó (Heb. 12:2; ver 13:13). Este fue también el camino que siguió Moisés, quien eligió llevar “el vituperio de Cristo” en lugar de los tesoros de Egipto (Heb. 11:26).
No obstante, paradójicamente, Hebreos sugiere que la presencia de Dios ahora está fuera del campamento. El acto de seguir a Jesús fuera del campamento significa no solo “lleva[r] su vituperio” o vergüenza, sino también “sal[ir] a su encuentro” (Heb. 13:13 NVI), tal como los israelitas que “buscaba[n] a Jehová” salieron “fuera del campamento” en el desierto cuando Moisés quitó el Tabernáculo de Dios del campamento después del conflicto con el becerro de oro (Éxo. 33:7). Este relato sugiere que el rechazo de Jesús por parte de los incrédulos también implicaba el rechazo de Dios, como lo rechazó Israel en la apostasía del becerro de oro (Éxo. 32; 33). Por lo tanto, el camino del sufrimiento y la vergüenza es también el camino hacia Dios.
Pablo anima a los lectores a seguir a Jesús como “el autor y consumador” de su fe (Heb. 12:2), invitándolos implícitamente también a considerar sus sufrimientos actuales como una disciplina momentánea que producirá “fruto apacible de justicia” (Heb. 12:11). Están dejando atrás una ciudad o un campamento corruptos en busca de “la ciudad venidera” cuyo arquitecto es Dios (Heb. 13:14, NVI; 11:10, 16).
¿Qué significa para ti seguir a Jesús “fuera del campamento”? ¿Qué aspectos de la vida de fe en Jesús pueden generar “reproche” o “vergüenza” de parte de quienes te rodean?