“Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?” (Gén. 27:36).

JACOB, EL SUPLANTADOR

sábado 21 de mayo, 2022

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 25:21–34; 28:10–22; 11:1–9; 29:1–30; 30:25–32.

Ahora retomamos la historia familiar de Isaac, el hijo del milagro y predecesor de la simiente prometida. Sin embargo, la historia no comienza particularmente bien. El carácter defectuoso de su hijo Jacob se manifestará en la rivalidad entre los dos hermanos por la primogenitura (Gén. 25:27–34) y, por consiguiente, en el derecho a obtener la bendición de Isaac (Gén. 27).

Como Jacob engaña a su padre y le roba la bendición a su hermano mayor, tendrá que huir para salvar su vida. En el exilio, Dios lo confronta en Betel (Gén. 28:10-22). Desde entonces, Jacob, el engañador, también sufrirá algunos desengaños. En vez de Raquel, a quien Jacob amaba (Gén. 29), le llevaron a Lea, la hija mayor, y él tendrá que trabajar catorce años para ganarse a sus esposas.

Sin embargo, Jacob también experimentará la bendición de Dios, porque en el exilio tendrá a sus doce hijos y Dios aumentará su riqueza.

Por lo tanto, en todo lo demás que veamos en esta historia, podremos ver que Dios cumplirá las promesas de su pacto, de una u otra forma, sin importar la frecuencia con la que su pueblo falle.