“Por eso me afano, luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí” (Col. 1:29, RVA 2000).
LA NECESIDAD DE PERSEVERAR
Lee la historia de la lucha de Jacob con Dios (Gén. 32). ¿Qué nos dice esta historia sobre la perseverancia, aun en medio de un gran abatimiento? (Toma en cuenta todo el contexto de la situación de Jacob antes de responder.)
Podemos saber lo que está bien y ejercitar nuestra voluntad para hacer lo correcto; pero cuando estamos bajo presión, puede ser muy difícil mantenernos aferrados a Dios y a sus promesas, porque somos débiles y temerosos. Por ende, una de las fortalezas importantes del cristiano es la perseverancia, la capacidad de seguir adelante a pesar de querer darse por vencido.
Uno de los mayores ejemplos de perseverancia en la Biblia es Jacob. Muchos años antes, Jacob había engañado a su hermano, Esaú, y a su padre para que le asignaran la primogenitura (Gén. 27), y desde entonces había estado huyendo por temor a que Esaú quisiera matarlo. En su sueño de una escalera que llegaba hasta el cielo, Dios le había dado maravillosas promesas de conducción y bendiciones (Gén. 28), pero él todavía estaba asustado. Jacob estaba desesperado por contar con la seguridad de que Dios lo aceptaba y de que las promesas que le había presentado muchos años antes seguían vigentes. Cuando luchaba con alguien, que en realidad era Jesús, se le dislocó la cadera. Desde ese momento, lo más probable es que no haya podido seguir luchando, ya que el dolor debió haber sido insoportable. Debió haber habido un cambio sutil: de luchar a aguantar. Jacob se aferra a Jesús en medio de un dolor insoportable hasta que recibe la seguridad de su bendición. Entonces, Jesús le dice: “Déjame, porque ya raya el alba” (Gén. 32:26).
Jacob recibió la bendición porque se mantuvo firme a pesar del dolor. Lo mismo sucede con nosotros. Dios también puede “dislocar nuestra cadera” y luego llamarnos a aferrarnos a él en medio del dolor. Es más, Dios permitió que las dolorosas secuelas continuaran; Jacob todavía cojeaba cuando se reencontró con su hermano. Las apariencias externas mostraban debilidad, pero para Jacob eran una indicación de su fortaleza.
¿Qué decisiones prácticas puedes tomar (relaciones, estilo de vida, material de lectura, hábitos de salud, vida espiritual) que te ayuden a perseverar más en el Señor en medio del desánimo y la tentación?