“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat. 27:46).

CRISTO EN EL CRISOL

sábado 17 de septiembre, 2022

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 2:7, 22-24; Mateo 2:1-18; Juan 8:58, 59; Lucas 22:41-44; Mateo 27:51, 52; Romanos 6:23; Tito 1:2.

Siempre que analizamos el tema del sufrimiento, se suscita la pregunta: ¿Cómo surgieron el pecado y el sufrimiento? Por revelación divina, tenemos buenas respuestas: Surgieron porque hubo seres libres que abusaron de la libertad que Dios les había dado. Esto lleva a otra pregunta: ¿Sabía Dios de antemano que estos seres caerían? Sí, pero obviamente pensó que, como escribió C. S. Lewis, “valía la pena correr el riesgo”.

¿Vale la pena correr el riesgo? ¿Para quién? ¿Para nosotros, mientras Dios está en el cielo, sentado en su Trono? No exactamente. La libertad de todas sus criaturas inteligentes era tan sagrada que, en lugar de negarnos esa libertad, Dios decidió asumir la peor parte del sufrimiento causado por nuestro abuso de esa libertad. Y vemos este sufrimiento en la vida y la muerte de Jesús, quien, al sufrir en nuestra carne, creó vínculos entre el Cielo y la Tierra que durarán por toda la eternidad.

Un vistazo a la semana: ¿Qué sufrió Cristo por nosotros? ¿Qué podemos aprender de su sufrimiento?