"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones" (Isa. 14:12).
EL PRECIO DEL ORGULLO
En las Escrituras, afloran dos temas o motivos predominantes que compiten entre sí. Uno es el tema de Salem, el monte Sion, Jerusalén y la Nueva Jerusalén, que representa el Reino de Dios. El otro es el tema de Babel y Babilonia, que representa el falso dominio de Satanás. Varias veces Dios llamó a su pueblo a salir de la Babilonia pagana para servirlo en la Tierra Prometida.
Por ejemplo, se le pidió a Abram (posteriormente Abraham) que saliera de Ur de los caldeos a la tierra de Canaán (Gén. 11:31-12:9). Al final de su largo exilio, los judíos dejaron Babilonia y regresaron a Jerusalén (Esd. 2). Y en el libro de Apocalipsis, se llama al pueblo de Dios a salir de la Babilonia del tiempo del fin (Apoc. 14:8), para finalmente morar con él en el Monte Sion y la Nueva Jerusalén (Apoc. 14:1; 21:1-3, 10).
Lee Isaías 14:12 al 15. ¿Qué consecuencias trascendentales para el Universo y para este mundo produjo el orgullo de Lucifer mientras estaba en el cielo?
En la Biblia, la ciudad de Babilonia representa un poder en oposición directa a Dios y su Reino; y el rey de Babilonia (con especial alusión a Nabucodonosor) llega a ser un símbolo de orgullo y arrogancia. Dios había revelado al rey Nabucodonosor que Babilonia era solo la cabeza de oro de la gran imagen con los sucesivos imperios (Dan. 2:37, 38). En abierto desafío a la revelación de Dios, el rey forjó una imagen totalmente de oro, símbolo de que su reino duraría para siempre, y hasta exigió que todos la adoraran (Dan. 3). Como en el caso del rey de Tiro (Eze. 28:12-19), el rey de Babilonia también llegó a ser un símbolo de Lucifer.
Isaías 14:3 al n describe la caída del altivo y opresivo rey de Babilonia. Luego, Isaías 14:12 al rs pasa del ámbito histórico a los atrios celestiales, y destaca que un espíritu orgulloso y arrogante similar generó la caída original de Lucifer. El pasaje explica que Lucifer planificó exaltar su trono sobre todas las huestes celestiales y hacerse "semejante al Altísimo" (Isa. 14:14). Este fue el comienzo de una situación nueva y hostil en la que el amor altruista y la cooperación de Dios se verían desafiados por el egoísmo y la competitividad de Lucifer. El enemigo no temió acusar a Dios de lo que él mismo era y difundir sus mentiras a los demás ángeles. Estos son los misteriosos orígenes del mal en el Universo.
■ ¿Porqué es tan fácil enorgullecernos y jactarnos de nuestros cargos o logros, o de ambas cosas? Tener presente la Cruz, ¿cómo evita que caigamos en esa trampa?